Martes, 23 de Septiembre de 2025

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Cuidando tu cuerpo

A mi no me rechines

Es probable que en algún momento de vuestras vidas os hayáis despertado por la mañana con un dolor en la zona de la mandíbula- cerca de los oídos- como si hubieseis estado masticando jamón duro toda la noche. En la mayoría de los casos no dejará de ser algo ocasional relacionado con una mala noche, pero si persiste y/o se acompaña de “chasquidos mandibulares”, problemas para abrir la boca, dolor de cabeza, desgaste de los dientes, etc., entonces, habrá que prestarle la atención que merece.

Desde hace unos años se viene oyendo, cada vez con más asiduidad, la expresión “Síndrome de la ATM (Articulación TemporoMandibular)” que se define como el compromiso de la articulación susodicha (entiéndase compromiso aquí como una dificultad para el desempeño de sus funciones). Este síndrome, como la mayoría, tiene una relación de causas que dista bastante de ser corta y que, para remate, no suelen aparecer solas. Pero la que se lleva la medalla de oro, sin duda, es el bruxismo, uno de los integrantes de la parasomnia. Esto con nombre de película de terror no es más- ni menos- que un conjunto de trastornos del sueño, generalmente leves,  en el que el individuo está convencido de que duerme perfectamente pero todos los demás saben que no es cierto.

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El bruxismo nocturno es la acción involuntaria de apretar o rechinar los dientes mientras se duerme. Este hábito continuado provoca desde la artritis de la articulación hasta el desgaste severo de piezas dentales, pasando por un sinfín de lesiones y problemas. En cualquier caso, las causas del bruxismo deben ser analizadas y atajadas por nuestro médico y las consecuencias “bucales” por nuestro dentista.
 
Entonces, ¿por qué mencionar esta patología en nuestro blog? 1) Por sus consecuencias en el sistema muscular de la “máquina masticadora” y 2) porque la falta de descanso nocturno acaba pasando factura, sobre todo, a nuestra espalda.
 
En el caso de la musculatura craneal, la afectación suele recaer en los músculos pterigoideos laterales y mediales –que por su mal abordaje manual se beneficiarán en gran medida de la férula nocturna que nos proporcionará nuestro dentista-, los músculos temporales  – cuya manipulación será directa- y los músculos maseteros – cuyo abordaje será tanto extra como intraoral-.
 
Por otro lado, la tensión generada en la musculatura escápulo–cervical por el mantenimiento de la presión mandibular durante la noche, así como la falta de descanso debido a la parasomnia, traerán de la mano procesos de fatiga muscular, hipertonías y/o contracturas metabólicas en cualquiera de sus integrantes (músculos escalenos, trapecios, elevadores de la escápula, etc.).
 
Desde otro punto de vista, el masaje de espalda ayuda a reducir los niveles de ansiedad (a través de la disminución de los niveles de cortisol en sangre) y a cortar el círculo contractura-dolor-contractura. Dos actuaciones muy necesarias  a la hora de ayudar al paciente a conciliar el sueño.
 


Por último y como siempre, ante la sospecha de sufrir patologías del sueño y/o lesiones oromandibulares acudid a vuestro médico y/o dentista. El abordaje de la musculatura afectada puede comenzarse tras su valoraciones y diagnóstico.

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