El Belén de Carlos Velicias en Morales de Rey nació de unos troncos, ingenio y dedicación

La afición comenzó hace dos años, cuando Carlos decidió construir el portal con la Virgen, San José, el Niño, los Reyes Magos y algunos animales. Este año, con más tiempo libre y muchas ganas, el Belén ha crecido hasta convertirse en una escena completa llena de detalles: pastores, ovejas, una posada, un molino, un pescador sobre el puente, una mujer tendiendo la ropa, otra cargando agua del pozo e incluso un personaje tan tradicional como polémico en algunos belenes, el caganer.

“Lo hago porque me gusta y porque el día se me pasa volando”, explica Carlos, que reconoce no haberse dedicado nunca al arte de forma profesional. Albañil de oficio, siempre le ha gustado “crear cosas de la nada”, algo que ahora canaliza a través de la talla de madera y otros proyectos manuales, como la restauración de un antiguo coche Seat 1500.

Todas las figuras del Belén están hechas a partir de troncos encontrados o cedidos por vecinos, adaptando cada pieza según su forma natural. “Para mí es sencillo”, comenta con humildad, aunque el resultado demuestra creatividad y mucho trabajo. Además, ha añadido elementos pensados especialmente para los más pequeños, como un Papá Noel con su carrito, “aunque yo soy más de Belén, pero hay que dar gusto a todos”.

El montaje no solo ha despertado la curiosidad de quienes pasean por la zona, sino que ha generado momentos muy especiales para su autor. Uno de los que más ilusión le hizo fue la visita de los niños y maestros del colegio del municipio. “Como se sale de lo normal, llama mucho la atención”, asegura.

El proyecto ha contado también con la colaboración desinteresada de otros vecinos, que han aportado maderas, cuerdas y materiales, algo que Carlos no duda en agradecer públicamente. Incluso el Ayuntamiento ha mostrado su apoyo a esta iniciativa que embellece la calle y suma un nuevo reclamo para el pueblo.

Carlos invita a todo el mundo a acercarse a Morales de Rey, muy cerca de la iglesia y la plaza, para disfrutar de este Belén diferente, hecho con materiales sencillos, mucha imaginación y el espíritu de quien demuestra que el tiempo, cuando se dedica a lo que gusta, puede convertirse en arte.