Rutilio Gandarillas celebra 100 años de vida y memoria rural en Morales de Rey

Rutilio pertenece a esa generación que conoció la dureza de la posguerra, los años de escasez y los afanes diarios que marcaron a quienes crecieron en los pueblos de la comarca. Hijo de Morales de Rey, dedicó buena parte de su vida a la agricultura, aunque en su juventud trabajó como carpintero, un oficio que recuerda siempre con cariño. A lo largo de su vida formó una familia, se casó y tuvo dos hijos, Mari y Benja, quienes hoy le acompañan en esta celebración íntima y especial. Hace tres años perdió a su mujer, un golpe doloroso que afrontó con la serenidad que siempre le ha caracterizado.

Rutilio lleva la longevidad en la sangre: no es el único centenario de su familia. Hace apenas dos años falleció uno de sus hermanos también con cien años cumplidos, un hecho que siempre ha recordado con orgullo y emoción.

Quienes le conocen destacan su facilidad para contar historias, un talento que convierte cada conversación en un viaje al pasado. Ha vivido momentos difíciles y otros llenos de alegría, y todos los lleva grabados con la misma claridad. A ellos suma su humor, siempre dispuesto a compartir chistes, refranes y ocurrencias, así como el gusto por el canto, aunque ahora lo practique menos.

Si hay una pasión que ha marcado su vida, esa han sido las campanas. Desde que con apenas diez años, siendo monaguillo de la parroquia de San Pelayo Mártir, empezó a tocarlas, el sonido del bronce se convirtió en parte de su identidad. Fue campanero hasta los noventa años, cuando la escalera empezó a pesar más que la ilusión, pero nunca ha dejado de emocionarse al recordar aquellos toques que acompañaban a todo el pueblo. Como hombre de campo, también disfrutaba de la recolección de setas, incluso en tiempos en los que aún no estaba tan extendida esta afición.

Hoy su vida transcurre de manera más tranquila, entre documentales de naturaleza y concursos como “Saber y Ganar”, fiel a la curiosidad que siempre le ha acompañado.

Este 11 de diciembre, rodeado del cariño de su familia, Rutilio ha celebrado su 100 cumpleaños en su casa de Morales de Rey. A lo largo del día ha recibido la visita de numerosos vecinos, amigos y familiares que han querido felicitarle, compartir alguna de sus historias y brindar con él mientras disfrutaban de dulces navideños preparados para la ocasión. Entre los regalos más emotivos, su familia le ha entregado un libro de visitas donde todos los asistentes han dejado una dedicatoria, un detalle que le ha hecho una enorme ilusión.

La celebración ha contado también con la presencia de una representación del Ayuntamiento de Morales de Rey. La concejala de Cultura y Fiestas, Raquel de Paz, y el alcalde, Ignacio Palmero, han visitado a Rutilio para felicitarle y hacerle entrega de un obsequio en nombre del municipio. El homenajeado ha agradecido profundamente este detalle y el cariño recibido en un día tan señalado.

Rutilio quiso trasladar un mensaje de gratitud: gracias a todos los que se han acordado de él, ya sea con una visita o con una llamada de teléfono. En sus cien años de vida, mantiene intacta la humildad, la memoria y la cercanía que lo han convertido en un vecino querido por todos.

Hoy, Morales de Rey celebra la vida, la historia y el legado de un hombre que representa la sabiduría popular de un siglo entero. Y lo hace con el mismo sonido cálido que tantas veces Rutilio hizo resonar desde la torre de su parroquia: el sonido de la comunidad unida alrededor de uno de los suyos.