Villalpando revive su tradicional hoguera de la Purísima y se prepara para la celebración del Voto de la Inmaculada

Villalpando respiró esta noche el aroma de la tradición y la devoción en una de sus citas más emblemáticas y esperadas: la celebración de la Hoguera de la Purísima. La noche del domingo se tiñó del cálido resplandor del fuego y la comunidad, en un ritual que marca el inicio de los actos hacia la celebración mañna de la Inmaculada Concepción.

El evento comenzó en el corazón de la localidad, la Plaza Mayor, con el solemne y simbólico reparto de antorchas a los quintos. Acto seguido, una comitiva iluminada por estas teas se encaminó hacia la Plaza Yeguarizo, donde aguardaba la gran hoguera. Ante la atenta mirada de vecinos de todas las edades, las llamas fueron prendidas, alzando una columna de luz y calor que venció al frío de la noche.

La tradición marca que, antiguamente, estas hogueras se mantenían encendidas toda la noche, custodiadas por la comunidad hasta la hora de la misa de la festividad, creando un vínculo perpetuo de luz y vigilia que unía el fuego vespertino con la solemnidad del amanecer religioso. Hoy, aunque la práctica ha evolucionado, el significado de comunión y fervor permanece intacto.

Para hacer más entrañable la velada, el Ayuntamiento de Villalpando agasajó a todos los asistentes con sopas de ajo. El acto, más allá de su componente lúdico, sirvió como un vivo recuerdo de la tradición histórica que se cantaba en la vigilia: “Hogueras y luminarias, vigilia, misa y sermón. Y con pompa extraordinaria, con cánticos y plegarias salimos en procesión”.

Clausura solemne y conmemoración de un hito universal

Los actos en honor a la Purísima alcanzarán su punto culminant mañana viernes 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, con una celebración que tiene una profundidad histórica excepcional.

La programación tendrá su eje en la Iglesia de San Nicolás de Bari, con una misa solemne en la que se recreará el histórico Voto a la Inmaculada Concepción. Este voto no es un acto local cualquiera, sino un hito de relevancia universal. El 1 de noviembre de 1466, la entonces Comunidad de Villa y Tierra de Villalpando, formada por trece pueblos de la comarca –Quintanilla del Monte, Cotanes del Monte, Villamayor de Campos, Tapioles, Cañizo, Villar de Fallaves, Villárdiga, Prado, Quintanilla del Olmo, San Martín de Valderaduey, Villanueva del Campo y Cerecinos de Campos–, proclamó solemnemente su fe en la Concepción Inmaculada de María y se comprometió con su voto a defenderla ante el mundo.

Fue la primera institución civil en el mundo en realizar tal declaración pública y votiva, décadas antes de que universidades, grandes ciudades y otros municipios secundaran esta defensa de la Inmaculada. En reconocimiento a este hecho pionero, el Papa Pío IX mandó colocar un monumento a la Inmaculada junto a la Embajada de España en la Plaza de España de Roma, un honor que perpetúa la importancia de aquel voto villalpandino.

Tras la eucaristía, tendrá lugar la procesión con la venerada imagen de la Virgen, que recorrerá las calles de Villalpando acompañada por los fieles, los cánticos y las plegarias, en la “pompa extraordinaria” que ya describían los versos tradicionales. Será la emotiva despedida de unas fiestas que unen, ejercicio tras ejercicio, el fervor religioso con unas raíces históricas que trascienden lo local para inscribirse en la historia universal de la devoción mariana.