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Historia

Lo que hizo Napoleón en Benavente como nunca se había visto, otra genialidad de Fernando González

Redacción Sábado, 22 de Noviembre de 2025 Tiempo de lectura:

El episodio histórico conocido como La Carrera de Benavente en la guerra de la Independencia supuso un antes y un después para Benavente

 

 

La historia militar, a menudo enfocada en las grandes confrontaciones que deciden el destino de imperios, nos presenta también episodios donde la tenacidad, la logística y la resiliencia humana se erigen como verdaderos protagonistas. Es el caso de la "Carrera de Benavente", un término que, acuñado por la historiografía británica, describe la desesperada retirada de un ejército, el del general Sir John Moore, perseguido implacablemente por las fuerzas de élite del mismísimo Emperador Napoleón. Este acontecimiento, crucial para comprender el desarrollo de la Guerra de la Independencia Española, ha sido meticulosamente investigado por el historiador Rafael González Rodríguez en su obra "La Carrera de Benavente", una fuente esencial para desentrañar sus múltiples facetas. Rafael González, ha sido el autor del guión de este vídeo realizado por su hermano, Fernando González, que de nuevo nos vuelve a sorprender con sus vídeos creados con inteligencia artificial.

 

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Para adentrarnos en la significación de este episodio, es fundamental situarnos en el convulso final del año 1808. Napoleón Bonaparte, ante los reveses sufridos por sus mariscales en España (como la memorable derrota de Bailén), había decidido intervenir personalmente. Su objetivo era la pacificación de la península, y para ello, buscaba asegurar Madrid y someter el resto del territorio. En este escenario de alta tensión, el ejército expedicionario británico, bajo el mando de Sir John Moore, que había desembarcado en Portugal y avanzado hacia España, se encontraba en una posición de creciente vulnerabilidad.

 

Según las explicaciones de Rafael González Rodríguez, Moore se debatió en un complejo dilema estratégico. Tras numerosas vacilaciones entre la posibilidad de avanzar o emprender una retirada, optó por una decisión de una audacia considerable: marchar hacia el norte con la intención de atacar al mariscal Soult en Castilla. Esta maniobra buscaba amenazar las vitales líneas de comunicación francesas con la propia Francia, basándose en la información interceptada que revelaba el desconocimiento francés sobre la posición exacta del ejército británico. Este movimiento, aunque arriesgado, obligó a Napoleón a reaccionar de manera inmediata y contundente.

 

Al percatarse de la amenaza que representaba el ejército de Moore, el 21 de diciembre, el Emperador suspendió bruscamente sus planes de avanzar hacia el sur y Portugal. Con la energía que le caracterizaba y una determinación férrea, Napoleón lanzó a su ejército en una agotadora marcha forzada desde Madrid. Atravesó la escarpada sierra de Guadarrama en medio de una intensa ventisca de nieve, con el firme propósito de interceptar y aniquilar al ejército de Moore, cortando cualquier posibilidad de retirada hacia la costa gallega. Fue entonces, el 23 de diciembre, cuando Moore, al recibir noticias de este movimiento envolvente de Napoleón, comprendió la gravedad de su situación. Inmediatamente, ordenó una retirada precipitada hacia Astorga y, posteriormente, hacia la seguridad que ofrecían los puertos de Galicia. Así comenzó lo que la historia conocería como "La Carrera".

 

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Rafael González describe este suceso no simplemente como una maniobra militar, sino como una prueba de resistencia humana que llevó a los límites a las tropas implicadas. La retirada se desarrolló bajo unas condiciones invernales extremadamente duras, por caminos intransitables y con un ejército que, pese a su profesionalidad, comenzó a mostrar evidentes signos de desmoralización ante la perspectiva de una huida sin combate. La férrea disciplina británica empezó a ceder, dando lugar a episodios de desorden, saqueos y embriaguez a medida que las tropas atravesaban las desoladas poblaciones en su desesperada marcha hacia el noroeste.

 

 

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El clímax de esta persecución en la región de Zamora se vivió en Benavente. La imperiosa necesidad de cruzar el río Esla convertía a esta localidad y sus puentes en un objetivo estratégico de vida o muerte para los británicos. Las tropas de Moore llegaron a Benavente, y su retaguardia, compuesta por unidades de caballería de élite, recibió la crucial misión de proteger el cruce del resto del ejército y, fundamentalmente, de retrasar el implacable avance francés. González relata con detalle el célebre combate de caballería que tuvo lugar el 29 de diciembre en las cercanías del río Esla y que puede verse en este vídeo de forma muy explícita. Los valientes cazadores de la Guardia Imperial francesa, liderados por el general Lefebvre-Desnouettes, lograron cruzar el río y cargaron con ímpetu contra los piquetes británicos. Sin embargo, fueron brillantemente contraatacados por regimientos de húsares británicos bajo el mando del audaz Lord Paget. El resultado de este enfrentamiento fue una significativa derrota táctica para los franceses, que culminó con la sorprendente captura del propio general Lefebvre-Desnouettes, un hecho que, sin duda, provocó la profunda ira de Napoleón, quien observaba los acontecimientos desde una posición elevada cercana.

 

Después de este relevante combate, los ingenieros británicos consiguieron volar uno de los arcos del antiguo puente de piedra sobre el Esla, lo que concedió un breve pero valioso respiro al frenar momentáneamente el avance principal del ejército imperial. No obstante, "La Carrera" no podía detenerse. La llegada a Astorga representó otro momento crítico, donde el ejército de Moore se encontró con los diezmados restos del ejército español del Marqués de la Romana, en un estado de lamentable desorganización y penuria. Este encuentro no hizo sino aumentar el caos y agravar los ya serios problemas de suministro. Desde Astorga, la retirada hacia Galicia, a través de los escarpados puertos del Bierzo, se transformó en un verdadero calvario de frío, hambre y extenuación. El camino quedó sembrado de cadáveres, material bélico y enseres abandonados, testificando la crudeza de la huida.

 

 

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El dramático epílogo de esta persecución se escribió en La Coruña, en enero de 1809. Allí, el ejército británico, acorralado entre el mar y el enemigo, se vio obligado a librar la Batalla de Elviña para asegurar su ansiado embarque. Sir John Moore, con su sacrificio, pagó el precio de salvar a su ejército, muriendo heroicamente en el campo de batalla, pero logrando que la mayor parte de sus tropas pudieran ser evacuadas.

 

Como conclusión fundamental, y siguiendo la interpretación del profesor Rafael González Rodríguez, la Carrera de Benavente trasciende la mera etiqueta de una fuga desesperada. Si bien desde un punto de vista táctico fue una retirada dolorosa, marcada por el inmenso sufrimiento de los soldados, estratégicamente su valor fue incalculable. La audacia inicial de Moore y su subsiguiente y forzada huida consiguieron "arrastrar" a Napoleón y al grueso de su formidable ejército hacia el remoto noroeste peninsular, alejándolos de objetivos de vital importancia como Lisboa o Cádiz. González Rodríguez sostiene convincentemente que, al ganar este tiempo crucial, Moore salvó la causa aliada en la Península Ibérica. Impidió que Napoleón completara la conquista de España en un único y decisivo movimiento, un sacrificio que, a la postre, resultaría decisivo para el complejo y dilatado desenlace de la guerra años más tarde.

 

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Benavente con este episodio perdió en gran parte su castillo, una joya arquitectónica de valor incalculable que sin duda cambió un futuro que podría haber sido totalmente distinto. Ahora, gracias a la tecnología, podemos disfrutar de sus momentos de esplendor y revivir en nuestra imaginación lo que fue y lo que podría haber sido nuestra ciudad si aún se mantuviera en pie.

 

 

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