Del Martes, 23 de Septiembre de 2025 al Martes, 30 de Septiembre de 2025
Durante una tranquila tarde de verano en Paladinos del Valle, tuvimos el privilegio de conversar con el escritor zamorano Ezequías Blanco, quien recientemente ha presentado dos obras: el poemario "Décimas para Sara", dedicado a su nieta, y una reedición de su novela "Tres muñecos de vudú", finalista del Premio Ciudad de Salamanca en 2001.
Blanco explicó que "Décimas para Sara" nació como un cuaderno de anécdotas sobre su nieta mayor, al que decidió dar forma literaria utilizando la décima o espinela, una estrofa clásica que reivindica frente a su declive en España. "En Hispanoamérica sigue viva con nombres como jorocho o milonga, pero muchos no saben que su inventor fue el español Vicente Espinel", destacó. El libro, escrito a lo largo de 11 años, mezcla lo cotidiano con la tradición, y su protagonista, Sara, "se lo ha leído mil veces", confesó entre risas.
Respecto a "Tres muñecos de vudú", una novela que combina memorias estudiantiles en Salamanca con un giro policiaco, Blanco reveló que la reedición de esta obra, publiclada originalmente en el año 2001, mantiene el texto original pero suma un prólogo del profesor Rafa Martín y una nueva portada del artista Eugenio Rivera. "Es un homenaje a la novela negra, pero sin detectives: la trama se resuelve sola", bromeó.
El autor, afincado en Getafe, donde impulsó la revista "Cuadernos del Matemático" durante 30 años, también habló de su diccionario sentimental del Valle, un proyecto en el que lleva tiempo trabajando y que tiene ya al menos 700 páginas escritas, incluyendo también palabras cargadas de nostalgia. "Para mí ‘pesebre’ evoca mi infancia y las cuadras", explicó, asegurando que esta palabra también estará en su diccionario.
Blanco adelantó detalles de la segunda edición del festival Dulces Ruinas, que se celebrará el 16 de agosto en el Convento de San Román del Valle. Contará con la presencia del poeta Antonio Colinas, la académica María Ángeles Pérez López, y el guitarrista Jesús Saiz Huedo, entre otros. "Que tiemblen Medellín y Mérida: aquí vendrá más gente", ironizó.
Con su habitual humor, Blanco definió su estilo como "ironía cervantina" y citó a Ángel González como referente. De su obra, destacó "En medio del desierto" (poesía) y "Memorias del abuelo de un punk" (prosa), aunque evitó elegir favoritos: "No soy Cervantes, pero tampoco me quejo".
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