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Curiosidades

Un nuevo proceso permite distinguir entre diamantes naturales y diamantes sintéticos de colores fantasía

Lunes, 14 de Julio de 2025 Tiempo de lectura:

Los diamantes naturales y los diamantes sintéticos -también llamados creados en laboratorio- comparten la misma composición química y la misma estructura cristalina. En pocas palabras, son el mismo material. Pero ¿eso significa que son el mismo producto?

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Los diamantes naturales y los diamantes sintéticos -también llamados creados en laboratorio- comparten la misma composición química y la misma estructura cristalina. En pocas palabras, son el mismo material. Pero ¿eso significa que son el mismo producto?

 

La gran diferencia está en el origen. Mientras los diamantes naturales se formaron hace miles de millones de años bajo la presión de la Tierra, los sintéticos han visto la luz en un laboratorio hace solo unos años. Ese detalle cambia por completo la percepción, el valor e incluso el deseo que despiertan entre quienes compran joyas.

 

Hay otro punto clave: la rareza. Los diamantes sintéticos pueden fabricarse en serie; los naturales, no. Por eso su precio en tienda se ha desplomado más del 50 % en los últimos cinco años, sobre todo porque la oferta no deja de crecer.

 

Aun así, la ciencia permite distinguir perfectamente un origen del otro. Con las pruebas correctas se puede saber de dónde viene cada piedra. Como dice la empresa Madestones.com: “Si podemos separarlos, entonces no son exactamente iguales”.

 

 

¿Qué es un certificado de diamante sintético?

 

Imagina un carné de identidad para tu diamante. Eso es, en esencia, un certificado. Un laboratorio independiente analiza la piedra y plasma en un informe todo lo que la hace única, sin intereses comerciales de por medio.

 

En ese documento aparecen los famosos cuatro C: peso (carat), color, pureza (clarity) y tipo de corte (cut). Pero hay más. Los especialistas revisan la gema con lupas, microscopios y otros aparatos de precisión para dejar constancia de cada detalle.

 

Ahora bien, no todos los laboratorios miden con la misma vara. Sus métodos y criterios varían, así que los resultados también. Si estás pensando en comprar un diamante creado en laboratorio, conviene fijarse muy bien en qué sello de calidad lo acompaña.

 

 

¿Y quién certifica con mayor fiabilidad?

 

Los dos nombres que más suenan en el sector son GIA e IGI.

 

GIA (Instituto Gemológico de América) nació en 1931 y es toda una referencia mundial en diamantes, piedras de color y perlas. Opera como organización sin ánimo de lucro y dedica buena parte de su trabajo a formar profesionales y fijar estándares.

 

IGI (Instituto Gemológico Internacional) se fundó en 1975 y hoy cuenta con laboratorios repartidos por todo el planeta. Su misión es similar: analizar gemas naturales y diamantes sintéticos con lupa —literal y figuradamente— y entregar un informe exhaustivo. Muchas joyerías muestran ese certificado junto a la pieza para que el comprador pueda leerlo, comparar y decidir con tranquilidad. De paso, se evitan fraudes.

 

 

IGI y su nueva solución para los diamantes de color

 

Los diamantes sintéticos de colores están viviendo su momento dorado. Cada vez se ven más en escaparates y redes sociales, así que garantizar su autenticidad es clave. Para ello, el IGI ha desarrollado el “IGI D-check”, un sistema que coloca cada piedra en su categoría de color gracias a tecnología de última generación.

 

¿Por qué hace falta algo tan específico? Porque muchos diamantes de laboratorio reciben tratamientos de calor, presión o irradiación para mejorar su tono. Esas modificaciones cambian su fluorescencia, confunden a las máquinas de detección tradicionales y pueden mezclar en el mercado piedras naturales con sintéticas.

 

El “IGI D-check” utiliza técnicas como la espectroscopía de fotoluminiscencia y la espectroscopía infrarroja por transformada de Fourier (FTIR). Suena muy técnico, sí, pero la idea es sencilla: con estas pruebas, los expertos identifican sin margen de error si el diamante es natural o de laboratorio. El resultado es más transparencia para las joyerías y, sobre todo, para el comprador final.

 

 

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