Del Martes, 23 de Septiembre de 2025 al Martes, 30 de Septiembre de 2025
La localidad de Santa Cristina de la Polvorosa celebró hoy con devoción y emoción la procesión del Cristo, un acto cargado de tradición que reunió a vecinos, autoridades y la música de la Banda Los Chumachos en una jornada que, pese a la amenza de lluvia, no perdió ni un ápice de su intensidad
El evento comenzó a las siete de la tarde, cuando las mozas partieron desde la casa del Abad en una comitiva que las llevó hasta la iglesia, escoltadas por autoridades locales y los sones de la banda. Una vez en el templo, se rezó el rosario, seguido del canto del ramo, un momento especialmente sentido en el que las jóvenes interpretaron su tradicional himno con tal pasión que arrancó aplausos y lágrimas entre los asistentes.
A continuación, dio inicio la procesión por las calles del pueblo, acompañada por la Charanga Los Chumachos de Benavente. La lluvia hizo acto de presencia en el último tramo, cuando la comitiva se acercaba de nuevo a la iglesia, pero no impidió que los fieles completaran el itinerario con fervor, realizando los sucesivos cambios en los portadores del Cristo.
Tras la procesión, los vecinos se trasladaron a la nave municipal, donde tuvo lugar la tradicional subasta de las roscas, uno de los actos más esperados de la celebración. El Abad ofreció un convite en el que no faltaron las pastas y roscas tradicionales, endulzando una velada de hermandad y arraigo.
Según cuenta el profesor Emiliano Pérez Mencía en su blog Patrimonio Popular:
“La cofradía, dice, fue fundada en el año 1833 y al frente de ella está el abad, que cuenta con un cabildero, como ayudante. Este ejercerá de abad al año siguiente. En la actualidad hay un secretario y algunos vocales que se encargan sobre todo de la administración y tesorería. Somos casi 400 socios, no sólo de Santa Cristina, sino también de otros pueblos, como Benavente, que siempre estuvo muy ligado a esta fiesta. Se paga una cuota , pero se tienen otros ingresos procedentes de donaciones y principalmente de la mándida (manda) que entrega en el momento de la procesión todo el que quiera llevar al Cristo sobre sus hombros”.
Los cofrades, antiguamente más que ahora, tenían unas obligaciones, y también unos derechos: pago de la cuota; asistencia a los actos religiosos: novena, misa, rosario, canto del ramo y procesión; llevar colgado en el pecho un crucifijo de mayor o menor tamaño, como símbolo de pertenencia a la cofradía; cuando uno fallecía el abad le acompañaba con su vara y se le abonaban los gastos del tanatorio; también se nombraba a dos para que le hiciesen la sepultura y a cuatro para llevar el féretro hasta la iglesia; incluso tenían que ocuparse en la cofradía del enfermo que no tuviera familia; y el día de la fiesta todos estaban y están invitados a degustar roscas y pastas en casa del abad de turno, etc.
Hoy las cosas han cambiado algo, pero en la cofradía se mantienen actos como el participar el día de Jueves Santo llevando al Cristo en la procesión, además de algunos de los citados anteriormente.
Uno de ellos, el canto y ofrecimiento del ramo. Corre a cargo de mujeres, jóvenes o mayores del pueblo, no necesariamente cofrades, que se encargan, no sólo de preparar y colocar en él las roscas y demás adornos, sino también de cantarlo y ofrecérselo al Cristo, una vez finalizado el rosario de este día 9 de mayo. Sobre el armazón de madera que ya tienen desde hace tiempo en la cofradía, colocan telas bordadas, roscas, muñecos de trapo, cintas de varios colores y flores. Las mujeres cantoras visten trajes regionales tradicionales y sobre sus hombros mantones de Manila. Todo ello de gran vistosidad.".
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