Profundo dolor en la Diócesis de Zamora ante el fallecimiento del joven sacerdote Javier Prieto

Javier Prieto vivió parte de su infancia y juventud fuera de la provincia, en Santiago de Compostela y Madrid, donde cursó estudios en Derecho y Administración de Empresas. Posteriormente, su interés por el patrimonio y la historia lo llevó a Salamanca, donde realizó un máster en Patrimonio Cultural. Esta formación marcó su regreso a Zamora, donde se integró activamente en la vida cultural y religiosa de su localidad, especialmente a través de la Junta Pro Semana Santa de Fuentesaúco.

Su vinculación con la vida diocesana se intensificó a partir del curso 2010/11, al participar en el grupo de jóvenes cofrades y en los actos preparatorios de la Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Madrid en 2011. Tras un periodo laboral en el sector de la consultoría financiera en Madrid, Javier dio un paso decisivo en su camino vocacional al ingresar en el Seminario Mayor de Zamora.

Durante su formación teológica en la Universidad Pontificia de Salamanca y el Teologado de Ávila, colaboró como seminarista en diversas parroquias, incluyendo San Lorenzo en Zamora capital, las parroquias rurales del entorno de Sanzoles y Fuentespreadas, así como en la ciudad de Benavente. En 2021, tras concluir sus estudios, fue nombrado formador del Seminario Menor.

Desde 2022, desarrolló su labor pastoral en la comarca de Aliste mientras cursaba la licenciatura en Teología Dogmática en la UPSA. Fue ordenado diácono el 11 de marzo de 2023 por el obispo Fernando Valera en su parroquia natal y, durante esa etapa, prestó servicio pastoral en Aliste y también ejerció la docencia en varios centros educativos, entre ellos el colegio San Vicente de Paúl de Benavente, donde dejó un recuerdo imborrable.

El pasado mes de septiembre, inició su ministerio sacerdotal en las parroquias de Toro y su Alfoz, y recientemente se había incorporado a tareas en el ámbito de la comunicación diocesana. Participó también en la ceremonia de ordenación diaconal del benaventano Enrique Alonso, en la iglesia de Santa María la Mayor, a quien acompañó como hermano en la fe y en el servicio.

La Diócesis de Zamora, profundamente conmovida por su temprana partida, da gracias a Dios por la vida y vocación de Javier Prieto. Su testimonio de fe, alimentado por una búsqueda constante, un amor profundo a la Iglesia y una pasión sincera por la cultura y la educación, permanecerá como ejemplo en la memoria de quienes le conocieron.

Descanse en paz.