La tradición del Día de Tortillero revive con fuerza en Calzada de Tera

Este domingo nos hemos acercado a Calzada de Tera, donde nos esperaban Goyo y Trini en su bodega para celebrar ese día tan especial, en el que la tortilla es el plato estrella, aunque no faltan la empanada, el chorizo, el queso y, en esta ocasión, hasta una tabla de quesos franceses… suponemos que por aquello de hacer el Día de Tortillero más internacional.

Calzada de Tera dispone de una gran variedad y cantidad de bodegas, y hoy sus entradas estaban abarrotadas de coches, signo de la gran afluencia a estos rincones tan típicos de nuestros valles, donde aún se sigue elaborando vino de manera artesanal para el consumo familiar. Un vino que no ha faltado, por supuesto, en la bodega de Goyo y Trini, ni tampoco en la decena de bodegas de este pueblo del Tera, donde desde hace ya muchos años se decide celebrar este día tan especial en esas cuevas excavadas en los barreros, que se han convertido en el paisaje emblemático de Calzada de Tera.

La velada festiva no solo se limita a la comida, sino que se prolonga también hasta la merienda y la cena. Aunque, entre tanto manjar y vino fresco, también hay espacio para ese paseo por el monte que se ha convertido ya en una costumbre clásica de este pueblo ribereño del Tera. La festividad se prolongó hasta bien entrada la noche, y entre empanadas, tortillas y vino fresco, no faltaron las típicas anécdotas de otros Tortilleros, cuando los años pesaban menos, pero la alegría por el buen tiempo —signo inconfundible de esta celebración— era la misma.

Con ese vino recién sacado del “cubeto” y el último pincho de tortilla en la mano, los reunidos en la bodega de Goyo y Trini brindamos no solo por la salud, sino también para que esta tradición, que cada año gana más seguidores, sea una muestra más de la recuperación económica y demográfica de nuestros valles, y en especial del del Tera.

Y mientras el eco de las risas se perdía entre las viñas dormidas y el aroma del mosto aún flotaba en el aire, nos despedimos de este Día de Tortillero con el alma llena y el corazón encendido, sabiendo que en estas cuevas de tierra y memoria sigue latiendo, fuerte y terco, el pulso de una tierra que se niega a olvidar quién es.