PSOE Benavente advierte que la sanidad pública en la ciudad “está gravemente enferma” y llama a la movilización en Valladolid

Contenido íntegro del comunicado

Gravemente enferma. Es el juicio clínico que se desprende del análisis realizado por la Mesa en Defensa de la Sanidad Pública, en la reunión informativa celebrada el día 17 de febrero, en el Salón de Actos de la Casa de la Cultura de Benavente.

 

 

Atrás queda aquella manifestación histórica de marzo de 2017, impulsada por el alcalde Luciano Huerga, que reunió a 15000 personas en su lucha contra el cierre de la primera planta del hospital y por la mejora de la atención primaria y especializada. Desde entonces y hasta ahora las cosas no han mejorado, más bien al contrario, aumenta la precariedad y el deterioro progresivo de la situación sanitaria local y comarcal y pareciera que a nadie nos importa, como si aquel sentimiento de lucha y reivindicación ciudadana hubiera sido anestesiado.

 

 

Desde el PSOE de Benavente manifestamos con preocupación el hecho de que ni un solo miembro del Equipo de Gobierno municipal asistiera a esta reunión. No nos mueve afán alguno de polemizar, sólo la obligación moral de señalar que hubiera sido deseable su presencia y hasta que hubieran ejercido un cierto liderazgo, porque si ante un tema tan grave como la situación de la sanidad en la ciudad no se sitúan al lado de la gente, cabe preguntarse cuál es el objeto de su acción de gobierno.

 

 

La crisis sanitaria vivida con la pandemia, que dejó al descubierto las debilidades del sistema, no sirvió, como cabía esperar, para reforzarlo y mejorar la sanidad pública. Cuatro años después los presupuestos siguen congelados, los profesionales contratados han sido despedidos y los servicios sanitarios previos a la pandemia siguen en el mismo estado de precariedad y deterioro.

 

 

Hubo una oportunidad histórica en Benavente para haber logrado una distribución más racional y eficiente de los servicios básicos de salud que habría afectado a la zona Norte de la provincia de Zamora y la zona Sur de León, más allá de las Áreas de Salud y de los límites de cada provincia. Hablamos de un área de población de unas 60.000 personas, con entidad suficiente para haber construido un hospital con dotación suficiente de profesionales y de servicios. Una oportunidad para atraer empresas y fijar población porque sin servicios básicos no hay posibilidad de desarrollo.

 

 

El PP lleva gobernando en Castilla y León desde hace más de 40 años y gestionando la sanidad desde el año 2002. Y es al gobierno de la Junta de Castilla y León a quien corresponde dotar al territorio de unos servicios sanitarios que den una respuesta integral, suficiente y diligente a las necesidades de los ciudadanos. Sin embargo la tónica de la administración regional del partido popular ha sido siempre reducir recursos. Empezaron construyendo hospitales, centros de salud y consultorios al tiempo que iban reduciendo profesionales de las zonas básicas de salud y de los hospitales; una estrategia contradictoria y hasta perversa, difícil de entender a no ser que asumamos como cierto el criterio de que para la Junta de Castilla y León la obra civil, el hormigón, tienen sentido en sí mismo.

 

 

Hay que recordar que la sanidad pública es un derecho de todos los ciudadanos, un derecho irrenunciable que pagamos con nuestros impuestos. Y frente a ello ser conscientes de la amenaza continuada de carencias de recursos, de la eliminación de servicios, de la reducción de profesionales y de canalización de recursos a la sanidad privada. El macrocentro que está construyendo Recoletas en los espacios ocupados anteriormente por Mercadona en la avenida El Ferial, es un ejemplo palmario del negocio de la sanidad privada en la ciudad y del papel que la Junta está jugando en ello.

 

 

Frente a esto necesitamos tener claro que la sanidad privada es útil para atender a “usuarios que no estén enfermos” o que estén afectados por “pequeñas dolencias”, porque cuando enferman de verdad sólo encontrarán ayuda efectiva en la sanidad pública. Es la sanidad entendida como negocio frente a una sanidad, la pública, entendida como servicio. Por eso hay que denunciar y exigir a la Junta de Castilla y León que el dinero que se gasta en pagar pruebas diagnósticas y otros servicios que se derivan a la sanidad privada se utilice para fortalecer el sistema público de salud. Basta ya de negociar con la salud de las personas, basta ya de los seguros de salud que dejan de serlo cuando la perdemos, basta ya de los seguros que excluyen a las personas porque su historia clínica no es económicamente rentable.

Fortalecer la sanidad pública, es el único camino. Y mejorar la gestión. No es aceptable que existan en la provincia de Zamora más de 14.000 personas en espera de conseguir cita con el especialista o enfermos oncológicos cuya revisión se está dilatando hasta un año cuando los protocolos indican que deben realizarse a los seis meses.

 

 

 

¿Cuántas de esas personas podrían encontrase en una situación de grave riesgo?. ¿Cuántas podrían estar abocadas a una muerte segura por retrasos en recibir la atención que necesitan?. Inaceptable.

 

 

Hablamos de retrasos en la atención y también de atenciones de calidad cuestionable. Es el caso del elevado número de casos de médicos no MIR, sin especialidad, que están pasando consulta y expidiendo recetas en contra de lo que establece la ley: 8 de 16 en el Centro de Salud Benavente Sur y 3 de 14 en el Benavente Norte y uno de ellos pasando consulta de Pediatría a media jornada.

¿Quién se haría responsable de un posible error, con implicaciones graves para la salud del paciente, cometido por alguno de estos profesionales sin especialidad?. Estamos ante una irregularidad que va más allá del ámbito sanitario y frente a la que cabe exigir una intervención urgente desde el ámbito judicial.

 

 

Centros de Salud urbanos. La situación en los centros de salud urbanos es igualmente preocupante. El consejero actual impuso un determinado número de consultas diarias, 35 por médico, medida que hubiera estado acertada si se hubiera acompañado de un estudio que determine el número de médicos necesarios, el tiempo estimado por paciente y el incremento económico en el coste de prestación del servicio. Como no se ha hecho, la situación ha derivado en incrementos de las listas de espera, atención a pacientes en urgencias y sobrecargas inasumibles de trabajo a profesionales de la medicina y de la enfermería.

 

 

Hospital de Benavente. De las 26 camas habilitadas únicamente están funcionando 18 de manera que la mayoría de los problemas de salud han de ser atendidos en Zamora. Es inasumible que se haga una inversión de 15 millones de euros en un hospital que a fecha actual está absolutamente infrautilizado.

 

 

Centro de Especialidades. Otro lamentable ejemplo de gestión ineficaz. Nada que ver la situación inicial con el número actual de espacialidades médicas que tenían consulta de lunes a viernes y que se han reducido significativamente o incluso eliminado. Es el caso de especialidades como ginecología, traumatología, cardiología, oftalmología, otorrinolaringología, aparato digestivo, endocrinología o cirugía, que se atienden desde el Complejo Hospitalario Virgen de la Concha de Zamora y sujetas a la disponibilidad horaria de los profesionales correspondientes.

 

 

Estamos ante una situación de tal precariedad en la gestión de este centro que cabría plantearse si se puede mantener en esas condiciones. Recuérdese se vendió en su momento con tal número de bondades que sirvió para justificar que con él no sería necesaria la construcción de un nuevo hospital.

 

 

No es preciso el viejo mantra de que no hay médicos en la sanidad pública, porque si eso fuera así habría que explicar cómo es que a la sanidad privada le va tan bien. Y más aún, cómo es posible que con 14.000 personas en espera de ser atendidas en la sanidad pública muchos de los médicos sean los mismos que se van a trabajar a la sanidad privada. Profesionales de la pública con pacientes sin atender y que se van a trabajar a la privada. El pediatra que no es pediatra, el médico de paliativos que no está, el cirujano que no viene, el otorrino que a ver si puede venir,… Ya está bien. ¿Y los pacientes?

 

¿Y sus derechos?. Alguien tendrá que explicarlo.

 

 

Este es el panorama y frente a esto sólo cabe la reacción de la ciudadanía que ha de salir a la calle a denunciar este atropello y a reivindicar un derecho que es nuestro: una sanidad pública, de calidad y eficiente. Por eso desde el PSOE de Benavente denunciamos las carencias en la gestión, la utilización de la sanidad como negocio, la precariedad del sistema y hacemos un llamamiento a toda la ciudadanía a acudir a la manifestación prevista para el día 15 de Marzo en Valladolid.