Imagina que tienes algo que decir, algo realmente interesante, y te gustaría que muchas personas lo supieran. Ahora piensa en todas las maneras en las que podrías contar esa idea: un post en redes sociales, un artículo en tu blog, un vídeo, un correo… Suena bien, ¿verdad? Eso es, en esencia, lo que hace el marketing de contenidos si sigues una estrategia multicanal.
Conoce a quienes quieres atraer antes de dar el primer paso
Antes de lanzarte, es importante que pienses en las personas a las que quieres llegar. Y no hablo de imaginar un cliente ideal a grandes rasgos, como esas fichas genéricas que describen a alguien por su edad, ingresos y gustos generales. Hablo de detenerte a reflexionar sobre lo que necesitan, lo que les preocupa y lo que buscan solucionar. Hay muchas maneras de descubrirlo, por ejemplo: revisando los comentarios que te dejan, analizando las preguntas frecuentes que te hacen o, incluso, identificando los productos o servicios que más solicitan.
Ese conocimiento es la base de todo. Sin entender esas pequeñas pistas, te arriesgas a hablarle a alguien que no te escucha porque tu mensaje no le dice nada. Pero si logras ponerte en sus zapatos, es mucho más fácil pensar qué les gustaría recibir de tu parte y cómo hacerlo de la mejor manera posible.
Diseña tu presencia en cada canal como si fuera una conversación personal
Imagínate que estás hablando con alguien y, de repente, pasas de un tema a otro sin sentido alguno. Seguro que esa persona se sentiría perdida y desconectada de lo que dices. Eso mismo puede pasar con tus clientes si no planificas bien cómo te muestras en los diferentes canales.
La idea no es repetir el mismo mensaje una y otra vez en cada lugar, sino de crear algo coherente, adaptado al medio y al tipo de relación que quieres construir. En redes sociales, por ejemplo, puedes mostrarte más cercano, compartir historias o hacer partícipes a las personas de lo que pasa tras bambalinas en tu negocio. En un correo electrónico, en cambio, puedes ser más directo y ofrecer información o promociones personalizadas. Y en tu página web, ese espacio que muchas veces será la primera impresión que alguien tenga de ti, lo ideal es que todo esté organizado, claro y con un diseño que invite a quedarse.
Lo bonito de una buena estrategia multicanal es que las personas sienten que todo está bien pensado, como si estuvieras ahí para ellos en cada paso que dan. Eso genera confianza, algo que hoy en día es imprescindible para que te tengan en cuenta.
Observa lo que funciona y ajusta sobre la marcha
Por muy buena que sea tu planificación inicial, siempre habrá detalles que puedes mejorar. No tiene sentido quedarte con una idea fija si notas que algo no está dando los resultados que esperabas. Aquí es donde analizar lo que haces se convierte en una parte fundamental de tu estrategia.
Piensa en revisar cómo reaccionan las personas a tus publicaciones, qué correos electrónicos tienen más clics o cuántas visitas llegan a tu web desde redes sociales. Todo eso te da pistas sobre lo que les interesa y lo que puedes potenciar para mejorar su experiencia. Pero no te quedes solo con los números, interpreta lo que te dicen. Por ejemplo, si ves que hay una publicación que ha tenido muchas interacciones, pregúntate por qué ha funcionado tan bien y cómo podrías replicar esa fórmula en otros canales.
Haz que las personas sientan que son importantes para ti
En el fondo, todo esto tiene un objetivo claro: que las personas que te descubren quieran quedarse contigo. Y para lograrlo, necesitas transmitir algo más que promociones o productos. Tienes que hacer que sientan que estás realmente ahí para ayudarles, que lo que ofreces tiene valor y que pueden confiar en ti cada vez que lo necesiten.
Esto significa cuidar los pequeños detalles. Responder a tiempo, hablar de forma cercana, evitar mensajes que parezcan genéricos y, sobre todo, mostrar interés genuino por lo que necesitan. Cuando las personas sienten que hay alguien detrás que de verdad se preocupa por ellas, esa relación no solo se fortalece, sino que además se convierte en algo duradero.
Con paciencia, constancia y una estrategia bien trabajada, podrás hacer que quienes te encuentran quieran quedarse, recomendarte y regresar siempre que lo necesiten. Y eso, es lo que hace que cualquier negocio crezca de manera auténtica y sostenible.
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