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Vídeo

"Domingo en la Rúa", un nuevo vídeo de Fernando González lleno de nostalgia y recuerdos

Redacción Viernes, 15 de Noviembre de 2024 Tiempo de lectura:

Este benaventano sigue sorprendiendo con sus creaciones, ayudado por la IA y su profundo cariño a su ciudad

 

Después del vídeo de La Plaza del Grano, llega "Domingo en la Rúa", un bonito homenaje a una de las calles más emblemáticas de la ciudad. Centro de ciudad y de la nostalgia , en la que a lo largo de los años se ha ido creando una historia de lugares, personas y personajes que aunque muchos ya han desaparecido, aún siguen estando en la memoria y los recuerdos de los benaventanos. En este vídeo musical, con una letra entrañable, Fernando se recrea en detallar muchos de esos lugares que a buen seguro a muchos benaventanos les evocará otros tiempos muy distintos.

 

 

[Img #206072]

 

Esto es lo que dice el autor sobre su vídeo:

 

Esta canción es un viaje nostálgico por la calle La Rúa de Benavente a principios de los años setenta, un homenaje a los domingos tranquilos y familiares en aquella época. Es un retrato de mi visión de esos días, cuando caminar por La Rúa significaba reencontrarse con cada rincón y cada rostro conocido, con la vida del barrio latiendo en cada esquina.

 

Desde el Kiosco de Mielgo con sus sobres sorpresa hasta el Bar España, donde Bea siempre tenía una sonrisa y un periódico para ofrecer, este paseo revive esos detalles sencillos pero profundos que formaban nuestra rutina y nuestros sueños. La Rúa, en aquella época, era una mezcla de tiendas, olores y sonidos, como el barullo en el Gran Teatro, la moda en el Centro Comercial Torío o el aroma de la pastelería Mariño.

 

Esta es mi versión de aquellos recuerdos, pero estoy seguro de que muchos encontrarán en ella momentos y lugares comunes, fragmentos que también guardan en la memoria. Al final, La Rúa fue y sigue siendo un símbolo de nuestra vida y un punto de encuentro donde nuestras historias se entrelazan.

 

 

Paseamos con nostalgia por La Rúa de antaño,

casi medio siglo atrás, un domingo temprano.

La calle vibra en ecos de vida y tradición,

cada paso, un recuerdo; cada esquina, una canción.

 

Comenzamos en Mielgo, con un sobre sorpresa en la mano,

el misterio pequeño que siempre encontramos.

Luego Teodorín y Caty, vecinos del sabor,

la carne, el saludo, su abrazo de calor.

 

Oh, La Rúa, eres tiempo en espera,

donde el pasado y el presente se entrelazan sin frontera.

Guardas nuestras risas, nuestro andar,

un eco sin fin que vuelve a sonar.

 

El Bar España nos llama, Bea en su ventana,

una golosina o un diario, con su risa temprana.

Avanzamos al Cinema, carteleras en fila,

sesión doble hoy, el Oeste y Roma brillan.

 

Pasamos por Torío, donde la juventud sueña,

la moda en vitrinas, cada prenda enseña.

Entramos al Gran Teatro, nos sumerge la función,

la primera historia envuelve el corazón.

 

Oh, La Rúa, eres tiempo en espera,

donde el pasado y el presente se entrelazan sin frontera.

Guardas nuestras risas, nuestro andar,

un eco sin fin que vuelve a sonar.

 

En el descanso, Mariño y la pipera,

el dulce sabor de la infancia entera.

Al salir, el Bar Imperial y el Casino de antaño,

en cada esquina, el tiempo en sus manos.

 

Almacenes Imperio y Librería Llamas,

tiendas eternas que a la memoria llaman.

Farmacias de Huerga, de Gay y Gil Cepeda,

testigos de un barrio que nunca se queda.

 

El colegio de Don Manuel y la Casa Modesto,

La Campana de Oro y el Mercantil como un resto

de aquellos días de viajeros y sueños,

una calle que en nosotros guarda sus recuerdos.

 

Oh, La Rúa, eres tiempo en espera,

donde el pasado y el presente se entrelazan sin frontera.

Guardas nuestras risas, nuestro andar,

un eco sin fin que vuelve a sonar.

 

La joyería Merino y su reloj vigilante,

Calzados Vázquez y su paso constante.

Termina el paseo, La Rúa en calma queda,

un día grabado en su memoria eterna.

 

 

 

[Img #206073][Img #206074]

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