Los Quintos del 64 de Benavente cogieron el tren de los 60 en una jornada con mucho ritmo

La fiesta comenzó con una comida en el restaurante Maral, donde el buen ambiente se hizo sentir desde el primer momento. Canciones, brindis y mucha alegría se apoderaron del local, mientras todos coreaban temas clásicos, ya consolidados en el grupo, que hicieron del almuerzo un verdadero espectáculo. Cada plato que llegaba, el ambiente subía un nivel más.

Esta tradición de celebrar los aniversarios comenzó hace 10 años, cuando los Quintos del 64 celebraron su 50 aniversario y, desde entonces, la costumbre ha echado raíces. Cada año, los benaventanos que cumplen 50 años se animan a reunirse y festejar, y algunos, como los del 64, solo el año de la pandemia impidió su celebración anual.

A la salida de la comida, la sorpresa continuaba: un tren turístico esperaba a los quintos y quintas justo en la puerta del restaurante. Con música en alto y una energía que contagiaba a todos, recorrieron el centro de Benavente. La gente en las calles miraba con curiosidad y hasta un toque de envidia mientras los quintos del 64 saludaban, cantaban y se dejaban llevar por la diversión.

Pero la fiesta no se detuvo ahí. El tren les dejó a las puertas del Epoka, donde el ritmo de los DJ's Purri y Yoin Crusto convirtió la noche en una auténtica discoteca con esa música que les llevó a sus mejores tiempos de discoteca. Bailes, risas, y hasta un divertido photocall que recordaba los pupitres antiguos hicieron que todos volvieran a ser niños, aunque fuera por una noche. La fiesta siguió hasta altas horas, y los Quintos del 64 demostraron que, aunque el tiempo pase, ¡la chispa nunca se apaga!

Sin duda, una jornada de reencuentros, recuerdos y mucha diversión que quedará grabada en la memoria de este grupo de quintos, que ya están deseando una nueva celebración, pero que no pase el tiempo tan deprisa.