"Anselma y Luisa” de Telón Negro, un viaje emocional de resignación y sufrimiento
La resignación y la resiliencia por los avatares de la vida, la violencia filioparental, el filicidio, los sacrificios y la fuerza que la maternidad impone, y el asesinato y el suicidio como únicas vías de afrontamiento de los problemas de la vida, son algunos de los temas que pone en la mira la compañía el Telón Negro, en su obra “Anselma y Luisa”, presentada en el marco del XXV Certamen de teatro para aficionados. La segunda obra del certamen
Al escuchar el título, uno no se espera que se aborden temas tan duros y difíciles de digerir. Sin embargo, en escena aparecen dos trabajadoras de limpieza, ataviadas con sus uniformes rosas y su carrito de limpieza, quienes comienzan su encomienda: limpiar un teatro una noche cualquiera.
"Mi gran noche", la famosa canción de Raphael, es la puerta que creó la expectación de todo lo que sucedería en los 50 minutos de duración de la actuación.
La historia no se centró exclusivamente en las dificultades de este colectivo laboral, sino más bien, en la exploración de las vidas de Anselma y Luisa, mostrando cómo su trabajo, se constituye, a parte de su medio de sustento, en un escape momentáneo de su realidad.
La sutil mezcla de humor y desconsuelo del montaje, invitó a reflexionar sobre las vidas entrelazadas de estas dos mujeres que, por mera casualidad, creando una alianza de supervivencia.
El verdadero punto fuerte de la producción fue, sin duda, la actuación de sus dos actrices, tal como el título mismo pronostica. Desde el principio, los relatos de Anselma y Luisa estuvieron impregnados de comicidad. Las situaciones delirantes y los diálogos ágiles construyeron un espacio donde lo cotidiano se convirtió en una ventana a sus vidas.
Laura Carvajal, quien encarnó a Anselma, inició mostrando la fragilidad de su personaje, pero hacia el final, regaló al público una explosión de tristeza, angustia y desesperación, que sorprendió por su intensidad. Por su parte, Mónica González, quien se convirtió en Luisa, un personaje de mucho carácter, aportó una agudeza cómica que, con fluidez, fuerza y expresividad, equilibró el tono dramático mostrado en el nudo de su trabajo actoral. A pesar de representar a mujeres de edades e historias distintas, estas dos actrices lograron conectar a estos dos personajes en una complicidad obligada.
Uno de los momentos claves se produjo cuando ambos personajes, iluminados por tonos anaranjados que evocaron los tristes recuerdos de la consecuencia de sus vidas, muy relacionadas en este punto con su papel como madres. Este punto provocó que, difícilmente, no se asomara una lágrima en los ojos de algunos espectadores, incluido quien escribe.
A lo largo de la obra, un tercer personaje, el portero, quien tambien fungía como encargado de mantenimiento, (importantísimo para el desarrollo del guion), agregó otra panorámica al relato, dejando entrever sus propios miedos y pesares como envejeciente, el papel que ejerce su hijo en su vida, y la añoranza de su esposa fallecida.
Destacamos el uso del juego de luces durante del desarrollo de esta presentación, que añadió un sentido de intimidad a las confesiones más íntimas de los personajes.
El movimiento actoral se desarrolló principalmente en el escenario, aunque los actores, principalmente ellas, quienes se movieron por la platea, se sentaron en la escalera, etc. interactuando con el público, que para ella eran (espectros fantasmagóricos). lo que añadió dinamismo a la puesta en escena.
La simplicidad escenográfica permitió que la presencia de los personajes ocupará un primer plano.
El final inesperado y resonante, evocó ecos de la célebre película “Thelma y Louise”, como así, revela la misma Luisa en un momento de su dialogo. La homofonía de los nombres tambien lo releva.
Aunque la obra es una tragicomedia, el desenlace no se viste de alegoría optimista. Crudamente, deja al espectador con una explosión de emociones e inquietudes. Entiendo que en su conjunto esa era la idea y el objetivo a lograr.
Ficha artística:
Anselma: Laura Carvajal.
Luisa: Mónica González.
Dirección: José Antonio Pérez.
Ficha técnica:
Diseño e iluminación: Julio Rotunno.
Técnico de iluminación y sonido: Raúl Rizo.
Escenografía y vestuario: El telón negro.
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