Del Martes, 23 de Septiembre de 2025 al Martes, 30 de Septiembre de 2025
En el mediodía del sábado junio ha tenido lugar un emotivo acto Hernandiano en el Salón de Actos municipal del Ayuntamiento de Villafáfila en el que han participado Tomás Serna, Director de la Casa-Museo del Poeta y Marcelino Sánchez, Director de la Fundación Legado Literario de Miguel Hernández de Jaén, junto al alcalde de la localidad, Antonio Jesús Rodríguez Valverde y el concejal de cultura del Ayuntamiento de Villafáfila y escritor, Javier Martín Lorenzo
La novela "Nana y las cebollas", escrita por Javier Martín para rendir homenaje a Villafáfila y a su difunta suegra "Nana", tiene como telón de fondo la vida y obra de Miguel Hernández. La presentación de esta obra en Orihuela y el posterior viaje del autor por localidades relacionadas con el poeta, establecieron un vínculo que ahora une a Villafáfila con Hernández y que ha culminado hoy con un solemne acto en el que la memoria de Miguel Hernández estará presente en esta localidad de Tierra de Campos a través de su obra y el crecimiento del esqueje de la higuera de su inspiración en la Plaza Mayor del pueblo, al lado de su "Piedra Fina", un vestigio que permanece en la memoria de muchos villafafileños y que ha sido recuperado para devolver una parte de la historia del pueblo al sitio que ocupó durante generaciones.
La "Piedra Fina" era añorada por los villafafileños desde el momento en que desapareció de su lugar habitual en 2001, tras el derribo de la casa de Gabino, donde se encontraba. Se cree que la Piedra tiene su origen en el Monasterio de Moreruela, siendo una pieza de mármol que luego pasó a formar parte de este edificio, el cual contaba con una gran trayectoria de protagonismo histórico. Habiendo sido, por ejemplo, castillo a finales de la Edad Media, residencia de Pedro Pimentel, hermano del conde de Benavente y palacio del Marqués de Tábara, terminó siendo la casa de Fidela y Gabino, donde estaba el comercio. Tras años de deterioro, el edificio fue derribado y en su lugar se ubicó un parque público.
Elías Rodríguez, vecino de la localidad, contó en este evento que la hoy conocida como Piedra Fina, de mármol negro y veta blanca, formaba parte del alféizar de una de las puertas de la casa y que, por estar ligeramente elevada respecto del suelo, acabó convirtiéndose en asiento público. Era una posición privilegiada con vistas a la plaza, lugar de referencia y reunión para niños y jóvenes, centro de juegos infantiles, testigo de los sueños y anhelos de los niños, así como de promesas de amor y secretos de jóvenes, entre otras muchas situaciones y experiencias sin descanso que la hacen "emblema y símbolo del pueblo", señaló él. La Piedra pasó a la literatura de la mano de Javier Martín Lorenzo, en su libro "Nana y las cebollas". Añadió Elías que "cuando la Piedra Fina vuelva a su emplazamiento original en el parque, junto a la revivida higuera del huerto de Miguel Hernández, se convertirán en puro simbolismo mágico de Villafáfila" y servirá a todos así, para recordar vivencias con vecinos allí. Anunció que de todo esto se publicará un folleto próximamente, con el fin de recaudar fondos para poner la Piedra Fina en un monumento. Ese folleto se espera que esté a la venta en el plazo de un mes.
Presente en el acto, el periodista Javier Pérez de Andrés, cuyo trabajo ha sido durante treinta años hacerse eco de los acontecimientos ocurridos en poblaciones a lo largo de toda nuestra región, Castilla y León, confesó que le había resultado emocionante asistir a este evento. Alabó el hecho de que la Piedra Fina se convierta en emblema del pueblo y reconoció que este resultado es un ejemplo de que “cuando la sociedad civil se mueve, funciona”. Además, en este caso, ha ocurrido que “alguien que escribe libros ha dado en la clave”. Quiso, además, Pérez de Andrés felicitar a los habitantes de Villafáfila.
En representación de la Fundación Legado Literario de Miguel Hernández, cuya figura tuvo especial relevancia en este día, estuvo presente Marcelino Sánchez, quien explicó que la Fundación surgió hace ocho años, cuando la Diputación de Jaén decidió adquirir el legado de Miguel Hernández, formado por toda la documentación, fotografías y obras de arte que Josefina Manresa, esposa de Miguel Hernández, recibió a partir de su muerte y se encargó de cuidar, proteger, esconder y vigilar para que se conservase íntegramente. En la actualidad, la Fundación lleva a cabo la difusión de su obra y valores. Respecto de la Piedra Fina, Sánchez reconoció que "es un elemento bellísimo, pero su gran valor es que en ese lugar se ha fraguado la historia reciente de Villafáfila". Hizo entrega como regalo desde la Fundación de una colección que contiene la obra completa de Miguel Hernández, poética, periodística y teatral, así como de su epistolario. Invitó a los asistentes a acercarse a Miguel Hernández, leyendo sus cartas o poemas de cualquier época y "descubriréis a un personaje que conmueve con la palabra y que, por lo tanto, nos ayudará a ser mejores", concluyó Sánchez. La encargada de recoger el regalo fue Lidia García, "como miembro más joven del Club de Lectura y además persona que se ha empeñado en volver a abrir la biblioteca", señaló Martín Lorenzo
Tomó la palabra Javier Martín Lorenzo, Concejal de Cultura de Villafáfila, para leer un manifiesto en nombre de toda la corporación e invitó a que plantemos cultura y sembremos poesía, manifestando la esperanza de que la Piedra Fina sirva de "marco de convivencia vecinal y un nuevo emblema para la villa", sembrar cultura para obtener respeto e identidad propia que sirva para la concordia en la vida del pueblo y sus vecinos. Espera que la Piedra Fina aporte la energía necesaria para no desfallecer y que sirva de legado cultural, costumbrista y etnográfico que las generaciones venideras merecen. Se refirió también al esqueje de la mítica higuera del huerto de Miguel Hernández y manifestó que, conociendo la vida y obra de este autor, es seguro que él estaría orgulloso de que un esqueje de su higuera llegue a Villafáfila y aquí arraigue. Terminó con el deseo del equipo de gobierno del Ayuntamiento de que "cuando la Piedra Fina vuelva a su emplazamiento original en la Plaza Mayor, se convierta en simbolismo mágico de Villafáfila y su emblema más popular".
Tomás Serna quiso agradecer a la corporación, así como a los vecinos, que amen tanto la poesía como han demostrado, puesto que "esa hambre de cultura es la base para construir los pueblos". Contó a los presentes que en Orihuela nació Miguel Hernández y en el interior de su casa está el huerto, donde se encuentra la higuera, y que quienes allí se han acercado manifiestan que hace sentir algo especial. Junto a ella leía y se sentaba a escribir Miguel Hernández, y su obra cuenta con más de una veintena de poemas dedicados a ella. Existe un convenio entre el Ayuntamiento de Orihuela y la Universidad Miguel Hernández por el que se extraen pequeños esquejes de la higuera para hacer que se conviertan de nuevo en árbol. Pues bien, este trocito de esa higuera que ha llegado a Villafáfila es el primero en venir a Castilla y León y, esto es así, por el cariño que se siente en este pueblo por la poesía y por la obra de Miguel Hernández.
El grupo local Merinofer y el de Onofre amenizaron con su música el acto, con canciones dedicadas a Villafáfila y a la Piedra Fina, que fueron escritas por Javier Martín, que fueron muy aplaudidas por el público que llenaba la sala.
Protagonistas en este día la "Piedra Fina" de Villafáfila y la Higuera del huerto de Miguel Hernández, hermanadas desde ahora para compartir un lugar de honor en la villa en adelante y convertirse en emblema de la misma.
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