El Convite de las avellanas marca el final de la Romería de la Trinidad en Camarzana

Más de una centena de personas, entre cofrades e invitados, se dieron cita esta tarde en el edificio municipal de Las Nieves de Camarzana para degustar las típicas avellanas que marcan el cambio de autoridad de la Cofradía, tres veces centenaria, de la Trinidad. El disparo de cohetes marcó la ceremonia del cambio de cetro de Ana Acedo a María Ángeles.

La tradición ancestral de partir las avellanas con dos piedras, una de la parte inferior plana, tampoco faltó en esta ocasión, aunque actualmente se han incorporado al convite bebidas y dulces. En esta ocasión, la decoración de la sala del convite hizo un guiño al pasado y a esos colores amarillos de las escobas en flor en primavera a través de ramilletes en talegones de la vendimia.

La tradición y el fervor religioso son el fundamento de esta antigua cofradía del Valle del Tera, cuyos miembros tratan de inscribir a sus hijos cuando cumplen la mayoría de edad con la ilusión de tener el honor, acompañado de salud, para poder organizar la fiesta a lo largo de su vida. Cada persona tiene un motivo para formar parte de la cofradía. “Yo me hice cofrade en 1988 para poder venir desde Madrid todos los años porque era obligatorio que todos los cofrades viniesen a la fiesta”, nos confiesa Mariángeles, la nueva mayordoma. “Venía sola porque a mi madre, María Isabel, le daba pena regresar por estas fechas porque tenía mucha pena al haber fallecido un hermano”, termina aclarándonos para justificar su implicación en la fiesta.

En la mesa de honor de este convite no faltaron, como manda la tradición, además de los cofrades salientes y entrantes de este año, los entrantes del próximo, que recaerá en el matrimonio de Geli y Manuel.

El fin de fiesta estuvo amenizado por una charanga con ritmos bailables que disfrutaron todos los presentes en este Convite de las Avellanas hasta bien entrada la noche.