Villalpando se moviliza para salvar su iglesia de San Pedro, una joya mudéjar en peligro de derrumbe

La comunidad de Villalpando ha lanzado una iniciativa sin precedentes en la diócesis de Zamora: un esfuerzo colectivo para financiar la rehabilitación de la iglesia de San Pedro. Animados desde la Diócesis de Zamora por el párroco Manuel Benito García y la Fundación ZamorArte, los vecinos han logrado reunir 13.000 euros hasta el momento, sumados a los 100.000 euros provenientes de un convenio con la Diputación Provincial.

El objetivo es alcanzar los 200.000 euros necesarios para iniciar la primera fase de intervención, que se centrará en la restauración de las cubiertas del templo. La Fundación ZamorArte continúa instando a instituciones, entidades privadas y residentes locales a sumarse a esta causa, con la visión final de convertir la iglesia rehabilitada en un museo para la comunidad.

La presencia de cerca de doscientos vecinos y la lectura de un manifiesto frente a una pancarta en la que se podía leer "Salvemos la iglesia de San Pedro", demuestra la determinación de los vecinos por apoyar la restauración de este tempo, continuando con la campaña de micromecenazgo a través de donaciones 

Una joya histórica: La Iglesia de San Pedro

La iglesia de San Pedro, erigida en los años finales del siglo XII, se alza como un monumento singular en la rica historia de Villalpando. Su origen se remonta a un periodo de bonanza auspiciado por el impulso repoblador de Fernando II de León. Fundada por Martín Pérez y Pelayo Gujamar en 1212, la iglesia fue donada a la Catedral de León.

Su arquitectura refleja los postulados mudéjares propios del foco villalpandino, destacando su única nave y su cabecera construida en ladrillo con arquerías ciegas al exterior. La presencia de una torre mudéjar a los pies, construida a base de hiladas de cal y canto, añade un elemento distintivo a su silueta.

En 1486, la iglesia experimentó una ampliación significativa bajo la orden del arcediano de Valderas, Alfonso Fernández. Se erigió una capilla gótica, conocida primero como la capilla de San Ildefonso y luego como la Capilla de Jesús Nazareno, al trasladarse a ella la imagen de gran devoción en Villalpando. Esta capilla, realizada en piedra caliza, introdujo un aspecto poco común en la arquitectura religiosa local.

El siglo XVI trajo consigo importantes cambios en la capilla mayor, destacando la composición de dos estatuas orantes que representaban a los Calviche, patronos de este espacio sagrado.

Sin embargo, el paso del tiempo no ha sido benevolente con la iglesia de San Pedro. A finales del siglo XVII, la torre mudéjar sufrió un derrumbe parcial, desencadenando una serie de modificaciones estructurales. En 1780, debido a su amenaza de ruina, la torre fue desmontada, dando paso a la composición de una nueva torre que aún conserva el tramo inferior de origen mudéjar.

El siglo XVIII fue testigo de una renovación casi completa del interior del templo, con la configuración de nuevas bóvedas de lunetos y la ornamentación de la zona del presbiterio y la capilla de San Ildefonso con medias naranjas.

La historia más reciente de la iglesia de San Pedro está marcada por desafíos y desafíos. En 2014, fue incluida en la Lista Roja del patrimonio de Hispania Nostra debido al peligro que representaba su torre y al deterioro evidente del pórtico sur. Desde entonces, los esfuerzos por su preservación han sido constantes, pero el estado de ruina continúa siendo una preocupación latente para la comunidad de Villalpando.

A pesar de los desafíos, la iglesia de San Pedro sigue siendo un símbolo de la historia y la identidad de Villalpando. La lucha por su conservación es un acto de amor por el legado cultural de la región, y los vecinos están decididos a asegurar que esta joya arquitectónica perdure para las generaciones futuras.