Teatro Corsario llevó al Reina Sofía de Benavente el realismo mágico de "El retorno a Celama" con el drama de la despoblación de fondo
La prematura simulación de la bruma y del rugir del viento preparó al público que se ubicaba en sus asientos del Teatro Reina Sofía de Benavente el pasado domingo para entrar en la atmósfera de la obra que minutos más tarde disfrutaría. "El Retorno a Celama”, de la compañía Teatro Corsario, es una enigmática producción que rinde homenaje a la creación artística del galardonado escritor Luis Miguel Mateo Díez, fusionando la realidad con la imaginación.
Todo el relato gira en torno a un poblado imaginario y desolado, donde Ismael Cuende, el último médico de familia del pueblo, comparte de manera reflexiva las historias de varios ciudadanos fantasmagóricos de aquel lugar a través de sus recuerdos y anécdotas. El realismo mágico de la presentación nos hace recordar algunos de los trabajos de Charles Dickens o de Gabriel García Márquez.
En este olvidado pueblo conviven personajes que podríamos encontrar en cualquier pueblo de España: el pastor, el labrador, la dueña del bar, la madre abnegada, los ancianos, o algunos habitantes que retornan a sus casas después de un largo viaje migratorio.
El trabajo en escena del cuarteto actoral demostró una destreza interpretativa, exponiendo su profundo entendimiento de la psicología de sus personajes, sumado a la labor de ejecutar varios roles en la misma producción. Carlos Pinedo, con 31 años de carrera, dejó en evidencia su maestría actoral al asumir inteligentemente diversos matices en los personajes a su cargo. Se pudo apreciar además su buen manejo con los títeres, enriqueciendo con ello aún más la trama.
La primera aparición de Jesús Peña, protagonizando a la muerte, fue impactante. Transmitió miedo nada más pisar el escenario, con su postura, voz y expresión facial. Los siguientes personajes interpretados por Peña también fluyeron ágilmente.
Las actuaciones femeninas en la obra fueron notables, dando vida a sus personajes con autenticidad. La encarnación de la dueña del bar del pueblo destaca en Teresa Lázaro. Por otro lado, Clara Parada, en una versión irónica, alegre y divertida de la muerte al estilo Broadway, cierra el espectáculo de manera inesperada y sorpresiva.
En cuanto al conjunto escenográfico, logró crear un ambiente fantasmagórico y lúgubre. El uso de grandes y antiguas cajas fúnebres fue un recurso que llamó bastante la atención de los presentes. La interpretación musical de los actores, el uso tenue de la luz, los diversos elementos del atrezzo y el vestuario se conjugaron funcionalmente, encajando con la intencionalidad de la obra.
¿Ese territorio imaginario creado por Mateo Díez puede recordarnos lo que podría ocurrir en un contexto vigente hoy día? Es una pregunta que lamentablemente tiene respuesta: Sí, la actual España vacía, realidad vigente en muchos municipios españoles donde el riesgo de despoblación se estima en un 42%, según el Instituto Nacional de Estadística, INE.
Ojalá que esta representación sirva, en cada teatro que la disfrute, como un recordatorio de que la preservación de las zonas rurales de España es un compromiso de todas y todos.
Sobre el autor de la obra:
Luis Mateo Díez, referente literario en Castilla y León y en el país. El escritor es miembro de la Real Academia Española desde el año 2001. Ha sido galardonado con prestigiosos premios, dentro de los que se destaca el Premio Cervantes 2023.
Ficha artística:
Dirección y dramaturgia: Jesús Peña
Reparto:
• Carlos Pinedo: Doctor Cuende, Fulvio Llama y Liviano Ariga
• Jesús Peña: La Muerte, Pastor, Telurio, Don Selmo y Ciro
• Clara Parada: La Madre, Fantasma, Enferma, Doña Viña, Tres, Pelagra y Burlona
• Teresa Lázaro: Tamarila, Fantasma, Enferma, Sucinta, Dos y Muridia
Música: Juan Carlos Martín
Sonido: Xabi Sainz
Colaboración musical: Paula Mendoza Iluminación: Xiqui Rodríguez
Escenografía: Fernando Urdiales, Miguel Ángel Martínez y Jesús Peña
Realización escenográfica: Manuel Alonso, Miguel Ángel Martínez, Eugenia Navajo y Fernando Hernández
Vestuario: Fernando Urdiales, Eugenia Navajo y Miguel Ángel Martínez
Máscaras y muñecos: Jesús Peña, Teresa Lázaro y Olga Mansilla
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.216