Del Martes, 23 de Septiembre de 2025 al Martes, 30 de Septiembre de 2025
La Asociación Cultural Hémera ha realizado esta ofrenda floral en el cementerio de Zamorana
Durante la tarde de ayer se realizaba el acto de ofrenda floral sobre la sepultura del arquitecto benaventano Segundo Viloria cuyos restos descansan en el cementerio de la capital zamorana. Una ofrenda realizada por la Asociación Cultural Hémera.
Segundo Viloria Escarda nacía en Benavente en 1855 y fallecía en Zamora en 1923. Fue el primer arquitecto titulado que trabajó en la Diputación Provincial de Zamora (1878), además de ser también arquitecto Diocesano y Municipal.
Es el artífice de una serie de inmuebles que aún forman parte del patrimonio arquitectónico de la ciudad, siendo en la actualidad considerados como edificios clásicos y que, en su momento, fueron verdaderos iconos del progreso por sus novedades arquitectónicas. Por mencionar alguna de sus principales obras en Zamora capital, cabe destacar en 1882 la construcción, tras un incendio, de las actuales arcadas de la Plaza Mayor; en 1885, la red de saneamiento y alcantarillado de la ciudad (que sigue siendo un documento de consulta hoy día por parte de técnicos municipales y particulares) y en 1887 proyecta la escalera de la Puerta del Obispo de la Catedral. Con el nacimiento de una burguesía industrial y de los negocios, le permite experimentar y aplicar sus ideas en obras como: las casas de José Prieto (1884) en la plaza de Sagasta; José Cid (1902) en la calle de San Torcuato; hermanos Bobo en la de Benavente (1909) y la de Gabino Bobo (1916, actual Hotel Alda Mercado de Zamora), para quien también traza un panteón en el cementerio municipal y una fábrica de harinas (1907) en la Carretera de Villalpando.
“Pero sin duda su obra más emblemática y notable será el Mercado de Abastos (1902) donde combina la arquitectura del hierro con la piedra y el ladrillo, planteando un edificio funcional, sin demasiadas concesiones decorativas, y brillantes soluciones arquitectónicas, como los grandes vanos acristalados de las fachadas. Todo un signo de modernidad y una apuesta arriesgada para una ciudad tan conservadora, pensado para sobrevivir al tiempo” indican desde la Asociación.
En la provincia también dejó obra en algunas localidades como Fuentelapeña, Villalpando o Carbajales de Alba, pero destacan, sobre todo, las obras realizadas en su Benavente natal: Casa de José Rodríguez (Casa del Cervato) y las escuelas de niños La Encomienda (1894); red de alcantarillado (1900); la Casa de Felipe González (Casa de Solita) en 1903; la fachada y ampliación del Hospital de la Piedad (1909), u otros edificios, hoy día desaparecidos, como El Café del Conde o la Casa del doctor Bobillo.
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