El obispo de Zamora, Fernando Valera, celebró recientemente el aniversario de la fundación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados quienes desarrollan su labor en la residencia de mayores "Reina de la Paz de Zamora" desde hace medio siglo. En la actualidad, 11 religiosas continúan en gestionando este hogar para ancianos, junto con un nutrido grupo de profesionales.
Monseñor Valera quiso compartir con la comunidad la eucaristía en esta jornada tan especial y les pidió que se dejaran guiar por el espíritu para continuar con su labor. "Muchas veces podemos pensar que somos insignificantes a los ojos de los demás, que valemos poco, que nuestras obras no tienen importancia. Intentamos transmitir el mensaje de Cristo y pensamos que no llega a nadie. Tanto esfuerzo nos parece en vano, pero a los ojos del Padre toda acción, por pequeña que sea, es grande y da fruto. Si creemos en la fuerza del Espíritu Santo, si nos ponemos en sus manos, nuestro trabajo en favor del Reino de Dios será como ese grano de trigo, como esa semilla de mostaza: dará fruto abundante en los corazones de quienes nos rodean", afirmó en su homilía el obispo de Zamora.
Por otra parte, monseñor Valera recordó los inicios, en el siglo XIX, y el carisma de la fundación. "Esta congregación nació en Barbastro (Huesca) el 27 de enero de 1873. Recibió la inspiración del Espíritu el sacerdote seguntino Saturnino López Novoa quien, con la ayuda y colaboración de Teresa Jornet, puso en marcha la obra". Una obra que ha estado asentada en el cuidado de las personas mayores y vulnerables, todo ello como forma de entrega generosa al Señor.
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