Alumnos de San Vicente de Paúl visitan una ganadería benaventana para conocer su funcionamiento

En el área de Geografía del Colegio San Vicente de Paúl han estado trabajando sobre los distintos sectores productivos y después de ver el sector primario programaron una visita a la ganadería de Hermanos Infestas, que además de tener la materia prima también la transforma y también la pone directamente en el mercado, realizando la venta al consumidor final.

Cuenta Ricardo Casas, uno de los profesores que han acompañado hoy a los alumnos, que “los chavales se sorprenden muchísimo de cómo están los animales de bien cuidados y del respeto por los animales, la experiencia ha sido muy positiva”.

Siguiendo con esta línea de actividades en la asignatura también tienen concertada próximamente una visita a la fábrica de Quesos El Pastor, a Caja Rural de Zamora y una actividad en Asturias donde podrán ver empresas relacionadas con todos los sectores.

Por parte de Carlos Infestas, uno de los propietarios, se acompañó a los alumnos por las instalaciones donde pudieron ver las distintas etapas del ganado, exclusivamente de raza Angus con Frisón desde que entra en la ganadería con tres o cuatro semanas de vida y unos 50 kilos de peso, hasta los animales totalmente desarrollados y listos para consumo al llegar a los 400 o 450 kilos.

Dice Carlos Infestas que llevan unos diez años enseñando la ganadería a los colegios, “Nos gusta enseñarles lo que hacemos y explicarles que la carne no viene de una bandeja”, dice.

El ganado llega a la explotación de distintos criaderos de la zona y Galicia, la raza Angus se distingue porque no tiene cuernos, predominan los animales de color negro, aunque también los hay de color rojo.

La explotación está totalmente informatizada, hasta tal punto que cada animal recibe exactamente la dosis que puede tomar y a las horas que puede tomarla, tanto la leche cuando son pequeños como el pienso. Un ordenador controla que todos los animales hayan realizado el consumo correcto, nunca pueden consumir más de lo que les corresponde y cualquier anomalía, como por ejemplo que un animal haya dejado de comer puede indicar que está empezando a estar enfermo y con un mínimo tratamiento puede ser recuperado antes de que tener otros síntomas. Según su propietario este control preventivo permite que el uso de antibióticos sea prácticamente inexistente. La informatización permite que el desarrollo de la ternera se realice de una manera uniforme y pautada y que en un periodo aproximado de un año, pase de los 50 a los 450 kilos.

La ganadería de Hermanos Infestas tiene de media unas 350 cabezas, que son alimentadas con cebada, maíz y soja, materías primas que son mezcladas en su propia fábrica de pienso. Las terneras posteriormente son enviadas al matadero de Astorga, desde donde regresa la carne, que es comercializada en sus dos carnicerías en Benavente.