"La tierra que tanto amo, arde", Isabel Vara dedica este poema al Valle del Tera

Valle del Tera,silencio,aullido,fuente y río.
Tu cauce lame y orada tierras antes labradas,
olvidadas y yermas hoy.
Qué esconde tu alma río?
Te derramas y abres sin permiso puertas que traen vida.

Ellas han vuelto,un año más,
efímeras hadas con sus alas de cristal
y los colores robados de la paleta del pintor eterno,
gracias por este regalo.

Atrevida y curiosa
jugó una vez entre mis dedos,
si mi mano fue su rama,
sus alas fueron mi aliento y calma.

Me gusta ver su vuelo rápido,
oteadoras salvajes y protectoras
de su bien más preciado.

Su pirueta amatoria en corazón,
volverá a completar de nuevo el ciclo.
Las ninfas titilantes,
escondidas en aguas someras
del indomable río,
esperarán su turno para romper la suave coraza
y comenzar a danzar aleteando sus alas a ras del agua.

Huele a jara,lavanda y tomillo,
y de repente me hago pequeña,
olor a leña,frío  calando los huesos,
leche caliente,mantas de lana,reloj sonoro,
horas de paz,aún los veo,puedo sentirlos,
soy niña de nuevo y están en mi vida,
me hablan y sonríen.

Todo sigue su curso,
habitan en mí aunque ya no están.

Su legado tan sólo soy yo;
y el amor por esa tierra
que tantas veces me vio jugar,
silvestre,libre y salvaje,
con mi olor a jara,hundidos mis pies en el barro,
dando color a los cantos del río,tendiendo al sol,
regalándome el sabor puro de sus frutos.

Las aves quebraban la madrugada
con su trino al amanecer,
anidaban en mi ventana sin temor,
sabedoras de que no les haría ningún daño,
volvían año tras año al que para ellas era su hogar.
Hoy ya no es el mio,deseo que sigan allí
y aunque ya no me despierta su canto
al igual que lo hacen mis ángeles,
ellos también habitarán en mi recuerdo.

La tierra que tanto amo,arde,
solo crepita el insolente fuego,esta vez no purifica,destruye.
......sin cantos en los nidos.
.....sin vuelos sobre el agua.
......no te oigo lobo.

Lloro.

Isabel Vara
XV/VII/XXII