Para la directora de la Residencia el Jardín del Corrillo de Benavente este año los Reyes Magos traerán no sólo la ilusión y la magia de todos los años, por fin se ve cumplido un deseo que durante los últimos años ha estado “revoloteando” por su cabeza
Coincidiendo con estas entrañables fechas se ha puesto en servicio la ampliación que durante el último año se ha estado llevando a cabo en la Residencia El Jardín del Corrillo. Un proyecto que durante años ha ido tomando forma, adaptándose a las innumerables normativas hasta llegar por fin a ser una realidad en la que los usuarios podrán disfrutar de una estancia más cómoda y adaptada a sus necesidades, pero sobre todo más parecida a un lugar al que puedan llamar “hogar”.
Con esta ampliación, el Jardín del Corrillo, dispone de 450 m2 de amplias zonas comunes, dotadas de cómodo mobiliario, grandes televisiones, una pantalla de calor que simula el cálido fuego de una hoguera para que sientan el recuerdo de esos momentos al calor de la lumbre, una nueva sala de actividades dotada de mobiliario de cocina para que incluso los familiares puedan cocinar junto a ellos y recordar sabores perdidos.
Para el buen tiempo, la última planta de esta ampliación está dotada de un gran solarium y el antiguo jardín, donde se ha realizado la ampliación, se ha trasladado a una zona contigua, recuperando el mismo espacio al aire libre que tenía la residencia antes de la reforma. Además se han añadido nuevas habitaciones, amplias y cómodas en línea con el resto de la residencia.
Rocío Ferrero, directora del Jardín del Corrillo, manifiesta que han sido meses muy duros. La coincidencia de estas obras con la pandemia ha sido una prueba de fuego para todo el equipo de profesionales de la residencia. Aún así está orgullosa, porque desde el inicio de la pandemia hasta el momento no han tenido ningún caso de coronavirus dentro de sus residentes, a los que han querido proteger de forma extrema, intentando que se vieran mínimamente afectados por las obras y libres de COVID-19.
Llegado el momento de poner fin a las obras, la directora ha querido agradecer “una calidad profesional y humana excepcional” por parte de sus profesionales. “Han sido dos años en los que el desgaste ha sido brutal, pero siempre han dado y dan lo mejor de ellos”, ha dicho.
También la directora hace extensivo este agradecimiento a los familiares, “que han aceptado las decisiones tomadas, muchas veces de un día para otro, dependiendo de cómo evolucionaba la situación”.
Pero el mayor de los agradecimientos de Rocío es para “los que siempre dan una lección, los abuelos del Jardín del Corrillo, que han sabido adaptarse a todo con una sonrisa”. Asegura, que esta obra es para ellos, para que puedan sentirse como en casa, en una residencia muy familiar, donde hasta el último detalle busca esa sensación de estar en familia, en un hogar.
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