El SIG o Sistema de Información Geográfica (GIS, en inglés) es un conjunto de herramientas que llevan años en el sector agrícola. Eso no significa que en la actualidad su utilidad sea menor, pues topografiar y cartografiar el terreno en el que se asienta la explotación es importante para entender ciertos problemas que pueden surgir, como zonas con demasiada pendiente donde no es posible plantar o que en caso de lluvia extrema pudieran formar escorrentías
Los datos obtenidos con herramientas SIG pueden combinarse con otras tecnologías aplicadas en la agricultura, de modo que los agricultores puedan realizar una gestión sostenible y adecuada de recursos tan necesario como el agua o los fertilizantes.
Mapeado en tiempo real
Uno de los principales objetivos de la agricultura moderna es el de aumentar la productividad y los ingresos sin perjudicar el aspecto medioambiental. Para ello, se apoyan en datos que indican la composición del suelo, lo que les permite saber qué cultivos deben plantarse, en qué zonas y como proveerles de nutrientes de forma adecuada.
Ese es tan solo un ejemplo de cómo las herramientas SIG ayudar a realizar una correcta gestión de la explotación agrícola. Combinando estos datos con tecnología puntera, como la que ofrece EOS Data Analytics con Crop Monitoring, los agricultores disponen de la información más precisa, lo que les permite aplicar las técnicas más avanzadas en sus campos.
Monitorización por satélite
A diferencia de otros dispositivos, los satélites son capaces de capturar imágenes de grandes extensiones de terreno, sin importar cómo de difícil es acceder a ellas a pie, que luego pueden ser analizadas con índices de vegetación. Existen multitud de satélites, cada uno de ellos con sus características concretas, respecto al tiempo de revisita o la resolución de sus imágenes, pero todos ellos permiten extraer datos valiosos de sus imágenes.
Gracias a ellos, podemos medir la productividad a nivel global, por zona y/o cultivo. A un nivel más específico, los agricultores no necesitan explorar el campo a pie de forma regular para investigar si los cultivos están sanos o si ha aparecido alguna plaga, pues una simple imagen de satélite puede indicar eso y más.
Agricultura de precisión
La agricultura de precisión surge como la respuesta evolutiva lógica de la agricultura tradicional, buscando ahorrar dinero en la cantidad de nutrientes utilizada, a menudo de forma generalizada y sin ningún análisis o estudio previo que indique dónde hace falta y dónde no, al mismo tiempo que se busca una mejora del rendimiento de la cosecha.
El desarrollo de la agricultura de precisión se basa en la tasa variable de fertilizantes o semillas, de modo que, además de no malgastar, se evita que el agua de lluvia pueda ‘lavar’ los cultivos y la tierra de cultivo y que dichos nutrientes acaben en las masas de agua cercanas, tanto a nivel terrestre como subterráneas, por medio de escorrentías.
Si bien los agricultores modernos requieren de un mayor conocimiento técnico (composición de los diferentes tipos de suelo, tipos de cultivos, técnicas a aplicar, enfermedades de las plantas, maleza, plagas, climatología, maquinaria), la inclusión de la tecnología en el mundo agrícola hace de la agricultura una actividad mucho más gratificante, pues el trabajo se realiza cuándo y dónde se debe y la obtención de un mayor rendimiento y, por ende, un mayor beneficio económico, hace que el esfuerzo merezca la pena.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.153