Del Martes, 16 de Septiembre de 2025 al Lunes, 22 de Septiembre de 2025
Pocas tradiciones hay tan arraigadas en nuestra Comarca de Los Valles como la vendimia y en el caso de Camarzana de Tera podemos asegurar que incluso es milenaria como atestiguan los motivos decorativos de sus mosaicos en la Villa Romana
La vendimia en el pasado era una tarea que reunía a toda la familia y muchos vecinos que provistos de sus talegas realizadas con mimbres de salgueras recorrían en parejas aquellas cepas enterradas en unos hondos hoyos para aprovechar el pobre aporte de agua de las primaveras y veranos . Hasta los niños formaban parte de esas cuadrillas de vendimiadores que en aquellos días gozaban de vacaciones casi consentidas por los maestros y maestras de las escuelas .
Los distintos racimos provenientes de diversas variedades de uva iban llenando las talegas que a su vez se vertían en recipientes también de mimbres llamados talegones que una vez llenos se cargaban ordenadamente en los carros tirados por vacas .Estos, con su traqueteo, comprimían las uvas de los talegones que ,camino de las bodegas ,dejaban un reguero de mosto cuya intensidad dependía del nivel de maduración . Ya en las bodegas era la hora del pisado de las uvas en grandes pozas de madera y el vertido del mosto en unas enormes cubas capaces de albergar hasta 1000 litros .
Hoy día seguimos disfrutando del ambiente festivo de la vendimia familiar pero las talegas se han sustituido por cajas y los talegones ya no existen aunque las variedades de uvas a recoger sigue siendo la que proporcionan las viñas plantadas por nuestros abuelos .El transporte se ha mecanizado y también el estrujado de la uva . El mosto ahora se deposita en grandes recipientes de acero inoxidable donde le espera la fermentación antes de pasar a las botellas y a su encorchado.
La tradición milenaria de la vendimia familiar en Camarzana aún tiene a una decena de personas que siguen produciendo un vino joven y afrutado con baja graduación pero muy agradable al gusto y que sigue animando las interminables veladas gastronómicas sobre todo en el verano cuando los familiares que regresan de vacaciones al pueblo no quieren dejar de revivir aquel sabor tan especial del vino fresco que salía de la cuba o del cubeto .
Hemos visitado la bodega de uno de estos productores , Javier García Castaño, quien nos ha comentado degustando un vaso de vino de la cosecha anterior , que cada bodeguero familiar del pueblo no supera una media de 500 litros . También se lamenta que esta tradición familiar se esté perdiendo porque las nuevas generaciones desean un vino de diferente bouquet que requeriría un cambio en el tipo de vid a plantar .
A la espera de poder saborear el nuevo vino joven por la festividad de los Santos, como es tradición ,sólo nos queda desear que entusiastas del vino como Javier no se pierdan y sigamos disfrutando de ese vino del Tera durante muchos años .
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