La chicharra
Incongruencias
No es ninguna inocentada, aunque lo parezca. La armada española ha construido un submarino que se ha hundido por exceso de peso.
Hundirlo
era fácil, el problema es que el sumergible no flota por un “pequeño”
error de cálculo; tiene un sobrepeso de unos setenta y cinco mil kilos.
Ahora la empresa constructora dice que “han detectado algunas
desviaciones relacionadas con el balance de pesos”. Estas desviaciones
nos van a costar a los españoles catorce millones de euros (más de 2200
millones de las antiguas pesetas). Han pedido asesoramiento a una
empresa americana para que le quiten esas setenta y cinco toneladas que
le sobran. Poner a dieta a este submarino que ha costado quinientos
millones de euros, supone también dos años de retraso y un incremento en
el ya abultado presupuesto.
¿Qué
ingeniero hizo el proyecto? ¿O le han ido poniendo, como parece,
piezas sin tener en cuenta que un submarino también tiene que flotar?
Dicen que es un reto tecnológico para España; pues se han lucido. A
pesar de lo churrigueresco del caso, no solamente nadie se sonroja, sino
que además, la compañía ha restado importancia a este error, apelando a
la innovación tecnológica. El ministerio de defensa tiene previsto que
se construyan otros tres submarinos. Esperemos que los siguientes salgan
a flote.
Uno
se pregunta si realmente son necesarios estos submarinos, en los que el
gobierno va a invertir, más de dos mil millones de euros. ¿Para qué?
¿Acaso nos van a invadir?
Somos más de dos los que pensamos así.
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