Nunca habríamos imaginado nuestro día a día rodeados de personas con mascarillas, guantes, pantallas protectoras, mamparas, líneas de separación y otros muchos elementos de seguridad a los que nos hemos acostumbrado con muchísima rapidez
La protección individual se ha convertido en una de nuestras principales preocupaciones desde que la COVID-19 llegó a nuestras vidas hace poco menos de un año.
En un principio ni las autoridades estaban de acuerdo en los sistemas más adecuados de protección. La OMS decía en el mes de abril de 2020 que las mascarillas solo estaban recomendadas para la población en general en caso de personas enfermas o que cuidan a pacientes en casa. Esta situación fue evolucionando y en el mes de mayo el Gobierno de España estableció la obligación del uso obligatorio de mascarillas para los mayores de 6 años cuando no se pueda garantizar la distancia de seguridad de dos metros y otra serie de recomendaciones de uso para prevenir los contagios.
El uso de guantes de protección también originó cierta controversia en las primeras fases de la pandemia y de hecho fue uno de los que productos que originaron una demanda muy superior a la que el mercado podía ofrecer, lo que ocasionó un desabastecimiento puntual que hizo reaccionar a la industria española e internacional y encaminar de nuevo la producción a abastecer la nueva demanda de este producto.
Los guantes desechables, como los disponibles en RS Components, junto a las mascarillas, pantallas, gafas protectoras, gorros y trajes protectores han tomado un protagonismo hasta ahora nunca visto en el entorno laboral. Los llamados EPI (Equipos de protección individual) se han convertido en la barrera protectora contra el virus, principalmente del personal sanitario, aunque también son muchos los ciudadanos que, a pesar de que no forman parte de la protección indicada para la población en general, utilizan en determinadas ocasiones guantes desechables de látex,polímero o nitrilo, lo que ofrece una seguridad adicional si se utilizan de forma correcta.
Existen una serie de recomendaciones sobre el uso de guantes para que la seguridad que pueden aportar sea realmente eficaz, ya que una mala utilización pueden provocar incluso el efecto contrario al deseado, debido a una excesiva sensación de seguridad.
La recomendación principal es que las manos deben lavarse o en el caso de profesionales descontaminarse, antes y después de su uso. Por supuesto que no deben de ser ni lavados ni reutilizados y su utilización debe de remitirse al tiempo estrictamente necesario, un exceso de uso podría llevar a un exceso de contaminación de los mismos y por lo tanto multiplicar el riesgo de contagio. Es muy importante también su retirada de una manera correcta, que debe de hacerse con mucho cuidado para no tocar en ningún momento con las manos la parte externa y dejar los guantes del revés antes de dejarnos en el contenedor adecuado.
Nunca hasta ahora la sociedad había estado tan concienciada de las posibilidades de contagio que existen en nuestra vida cotidiana y la importancia de las medidas de seguridad y prevención que se están llevando a cabo. Aunque todavía existen muchas personas que son reticentes, la evidencia deja claro que el efecto está siendo positivo incluso para otras enfermedades de temporada como la gripe común o los catarros. Desde el sector farmacéutico ya están observando que ha caído de forma vertiginosa la venta de anticatarrales y antigripales, productos para la tos, mucolíticos, etc., dando por desaparecida hasta el momento la gripe.
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