Llevan años incorporándose poco a poco en las cocinas y cada vez son más los hogares que se deciden a instalar una placa de inducción por su comodidad, rapidez y también por su ahorro
Las placas de inducción son un electrodoméstico que ha llegado para sustituir a las placas de gas y vitrocerámicas para calentar los alimentos, el mercado está surtido de una amplia gama de modelos y marcas pero podemos recurrir a una web especializada donde encontraremos una selección con la mejor oferta.
Su funcionamiento se basa en el principio físico de la ley de Faraday al generar un campo magnético entre dos superficies, que son la placa y la base del recipiente que vamos a calentar. Ese campo magnético produce calor directamente desde la superficie ferromagnética de la base difusora a los alimentos que vamos a cocinar.
Básicamente es un principio físico conocido como ley de Faraday: se genera un campo magnético entre dos superficies: la placa y la base del utensilio, este campo magnético deviene en calor transformado en la superficie ferromagnética de la base difusora del menaje de cocina. Se diferencia de una placa vitrocerámica en que esta genera el calor de forma continua sobre el cristal y calienta cualquier recipiente que pongamos, incluso después de apagarlo, manteniendo el calor con el tiempo. La inducción, al tratarse de un campo magnético que necesita de la base del recipiente, solo calienta cuando está el recipiente sobre la placa, haciendo que se caliente más rápidamente y a pesar de la falsa creencia de que consume más, gastando menos energía
Existen placas de inducción con zonas diferenciadas de la misma manera que las vitrocerámicas y también se pueden encontrar otro tipo de placas más avanzadas, denominadas de inducción flexible, en las que podemos utilizar la totalidad de forma aleatoria la superficie, adaptándose automáticamente los distintos tamaños y formas de los recipientes.
¿Son seguras para la salud las placas de inducción?
Tal y como comentábamos al principio de este artículo, las placas de inducción calientan los alimentos mediante un campo magnético que induce una corriente eléctrica. Estos campos que se generan cumplen con la normativa sobre radiaciones, eso sí deberemos estar situados a una distancia mayor de 30 cm. del foco de cocción.
La recomendación es no utilizar utensilios metálicos que no tengan un aislamiento y las mujeres embarazadas deberán mantener siempre esa distancia de seguridad de 30 cm. respecto a la placa de cocción. Por supuesto siempre hay que utilizar recipientes que estén específicamente recomendados para este tipo de placas para asegurarnos de que la transmisión de la energía se hace correctamente.
En relación a su influencia sobre los alimentos, no hay ningún estudio que demuestre algún efecto perjudicial sobre los mismos, por lo que pueden ser consumidos con todas las garantías.
Principales ventajas de las placas de inducción respecto a la vitrocerámica
- La transmisión directa de la energía sobre los alimentos asegura una rapidez en la elaboración de los mismos.
- El ahorro eléctrico se produce por ese mismo motivo, la energía pasa directamente por lo que no se pierde en los lados de los recipientes.
- También podemos considerar que se trata de una fuente segura porque evita que se puedan producir quemaduras al tocar la superficie caliente de la placa, ya que no se calienta, solo tiene el calor residual del recipiente que tiene sobre ella.
- Muy importante también tener en cuenta su facilidad de limpieza, al estar fria se puede limpiar más rápidamente que la vitrocerámica.
En esta referencia, puedes ampliar más la información sobre el consumo de las placas de inducción.
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