Santa Marta de Tera rinde homenaje a Eloína Vega Colinas al cumplir 100 años

 

 

Con la cara sonriente, transmitiendo una paz serena, recibía este mediodía Eloína Vega Colinas las felicitaciones de sus convecinos y familiares. La ya venerable abuela de Santa Marta de Tera era agasajada con motivo de llegar a cumplir 100 años. Y con plena vitalidad.

 

El templo parroquial de Santa Marta, frente a la casa de la homenajeada, se vestía de gala. Sus muros pétreos acogían los parabienes volcados en emociones dirigidas a la señora Eloína. A quien en tantas ocasiones ha cruzado el umbral de estas antiguas puertas y fijado su devota mirada sobre la imagen de la santa. Una misa de acción de gracias vino a realzar la significación de entrega de la ya venerable Eloína Vega Colinas.

 

Hasta la complicidad del edificio religioso lleno de historia se aliaba con quien ha mantenido durante un siglo cuitas y vivencias con peregrinos y devotos. Como buena conversadora y de afable carácter, las indicaciones a los caminantes forman parte de la pequeña historia del recién llegado y de los habituales del camino jacobeo.

 

Cien años de vida alumbrados un 13 de diciembre del año 1919, en la fiesta de Santa Lucía, nacía Eloína Vega Colinas. La pila bautismal de la tan querida iglesia por la ahora centenaria recibía a los pocos días a la niña Eloína. Eran tiempos difíciles y a los recién nacidos se les bautizaba poco después de nacer, porque los fallecimientos de bebés anotaban un abultado registro.

 

Ya de joven, a los 17 años, Eloína acudía a casa de una modista de Sitrama de Tera para aprender a coser. La aguja y el dedal en la tarea de confección de vestidos y pantalones tuvo que simultanearla con el trabajo en el campo. Tareas duras de la siega con la hoz y no menores con el arado o el azadón.

 

 

Cuatro hijos, seis nietos y seis biznietos

 

Un vecino de Santa Marta de Tera, de oficio carpintero, Nemesio para más señas, compaginaba sus trabajos como artista de la madera, con la construcción de carros, de instrumentos y aperos, con las ganas de casarse con la joven Eloína. Y se casaron. Un matrimonio con el que tuvieron cuatro hijos: Angélica, Ascensión, María Estelita y Nemesio.

 

De profundas convicciones religiosas Eloína Vega Colinas, siempre ha mantenido  la tradición de las costumbres como seña de identidad y de ello hacía gala en no pocas ocasiones. Muchos peregrinos podrían dar buena fe de ello en sus pláticas junto a la iglesia.

 

 

La saga familiar ha se ha incrementado en el tiempo con la presencia de seis nietos: Javier, Marian, Óscar, Cristina, Marta y Miguel Ángel y de otros seis biznietos: Isabel, Javier, Alicia, Lucía, Gonzalo y Diego quien con 7 años es el menor de la familia.

 

La homenajeada, la abuela de Santa Marta de Tera, la señora Eloína, tras la misa de acción de gracias recibía el reconocimiento unánime de sus convecinos y familiares en un acto celebrado en el salón del Ayuntamiento. De manos del alcalde de la Entidad Local Menor recibía un ramo de flores y una placa obsequio del Ayuntamiento de Camarzana, del que forma parte la Entidad Local de Santa Marta de Tera. Y la homenajeada obsequió a todos sus vecinos con unos aperitivos. Las emociones se hicieron notar entre los asistentes agradecidos a la longeva Eloína Vega Colinas. Y es que cien años no son nada.

 

FOTOS:  M. A. C.