Con el inicio del siglo XXI, la aparición de la tecnología WAP hizo posible la descarga de juegos a través de los operadores de telefonía, cuando en esos momentos estaban en pleno auge las videoconsolas de quinta y sexta generación. Pero fue a partir del año 2008, cuando hizo su aparición de App Store de Apple y posteriormente el Android Market, predecesor de Google Play cuando comenzó el verdadero auge de las aplicaciones móviles.
La implantación y avance de las estructuras de telefonía móvil, redes 2G, más adelante 3G y en la actualidad 4G que permiten velocidades de transmisión cada vez más altas, ha permitido que el mercado de Smartphones y tablets haya crecido de forma espectacular, sobrepasando el número de unidades de estos dispositivos al número de personas existentes en el planeta, con más de 8 mil millones de dispositivos.
En España, el número de smartphones supera ya el 90% del total de teléfonos móviles, y supera ampliamente al número de ordenadores (En la actualidad más del 80% de los españoles tiene un Smartphone y solo el 73% tiene ordenador).
Sin embargo, la tendencia en el mercado de las videoconsolas es decreciente, aunque la evolución del mercado de videojuegos sigue creciendo y ya supera al del cine. La mejora de los equipos y la incorporación de tecnologías inmersivas como las gafas 3d y otros dispositivos de realidad virtual prometen también un buen futuro para este mercado en el sector del entretenimiento.
El mercado de aplicaciones para móviles evoluciona tan rápido que no deja de sorprender. Cada día aparecen nuevas utilidades que hacen de los smartphones un objeto imprescindible. Aplicaciones para pagar como Twip, realizar apuestas on line como la app Luckia, aprender idiomas en Beelinguapp, tener un entrenador personal en BtFit, relajarnos con Mindfulness, por no hablar de una ingente cantidad de aplicaciones para realizar fotografías y vídeos.
En el año 2018 se espera llegar a los 5,59 millones de usuarios de móviles y el uso de apps cada vez es mayor (supone el 89% del tiempo dedicado a los smartphones). La edad de inicio es cada vez mayor, en el año 2015 el 98% de los jóvenes entre 10 y 14 años tenía un móvil de última generación con conexión a Internet. Según un estudio, niños de 2 a 3 años utilizan el móvil de sus padres como fuente de entretenimiento.
Las utilización de aplicaciones de redes sociales, mobile-commerce, banca móvil y entretenimiento están creciendo muy por encima de lo esperado, incrementando el grado de dependencia de los smartphones hasta el punto de que en ciertos aspectos se están convirtiendo en un peligro, creando adicciones, provocando accidentes de tráfico y de otros tipos como los producidos por los selfies, que están obligando a establecer regulaciones en su utilización.