Tradición
Festividad de las Candelas en Benavente
El próximo domingo la Asociación Cultural Las Candelas rememora una tradición cuyo origen pudo encontrarse en la antigua Roma.
Las
Candelas fueron unas de las ferias ganaderas más importantes que en el
pasado tuvo Benavente, pero también una festividad de carácter
religioso en la que la mujer tiene un especial protagonismo. Los
orígenes de esta celebración parecen encontrarse en la antigua Roma,
donde tenía lugar la fiesta pagana de Las Luces.
Esta tradición se incorporará por sincretismo religioso al calendario
festivo y religioso con la implantación en todo el antiguo imperio
romano del cristianismo para conmemorar la Purificación de María,
conocida también como Las Candelas.
ORÍGENES REMOTOS DE LA FIESTA DE LAS CANDELAS
Los
orígenes remotos de esta celebración, al menos en su contenido más
lúdico, podrían encontrarse en la Antigua Roma. Según la interpretación
recogida por los historiadores clásicos, las mujeres romanas celebraban
cada año a principios de febrero una fiesta a la que daba el nombre de Las Luces.
Una fiesta que representaba la búsqueda de la diosa Proserpina. La
fiesta tenía su origen en una leyenda mitológica según la cual el dios
Plutón, dios infernal, se enamoró de Proserpina llevándosela a las
profundidades, al advertir su desaparición, buscaron afanosamente de día
y de noche, durante mucho tiempo, por bosques y selvas, alumbrándose en
la oscuridad con teas y linternas.
FIESTA DE LA PURIFICACIÓN DE MARÍA
Con
la llegada del cristianismo esta tradición romana de la fiesta de las
luces adquiere un sentido nuevo, se cambia la intencionalidad que entre
los paganos tenía. Se fusionaría así en sincretismo religioso con la
celebración cristiana de las Candelas o Candelaria, que es la fiesta de
la Purificación y Presentación de María. Desde entonces el dos de
febrero de cada año se hacen procesiones y cortejos luminosos llevando
en las manos candelas previamente bendecidas. De esta forma, entre los
cristianos se conserva una tradición de origen pagano que resultaba muy
difícil de desarraigar, aunque dotándola de un nuevo significado.
La
candela encendida representa la luz, pues en presencia de la luz cesan
las tinieblas y la oscuridad desaparece. La festividad de las candelas
está llena de simbolismos, así la cera de la vela, producida por las
abejas con su propia sustancia simboliza el cuerpo de Cristo. La mecha
alojada en el interior de la vela representa al alma y las buenas obras,
que a modo de mecha deben permanecer modestamente escondidas dentro de
nuestros corazones. La llama que arde y consume la cera del cirio viene a
representar a la divinidad de Jesucristo, como llama de fuego
abrasador. Otro símbolo de esta celebración son las dos tórtolas que
usualmente la madre llevaba al templo en ofrenda.
LA FERIA DE LAS CANDELAS EN BENAVENTE
En
Benavente eran unas ferias de gran fama y tradición. Eran junto con el
Corpus y la Ascensión las ferias ganaderas más grandes del año. A ellas
concurrían millares de reses de ganado vacuno, ya que Benavente era por
su situación geográfica un punto de contratación ideal. Gran número de
forasteros se acercaban a esta feria de las Candelas, la cual se
realizaba hasta hace algunas décadas a extramuros de la ciudad,
concretamente en el lugar que conocemos como El Ferial.
Con
anterioridad éstas se celebraban intramuros de la Villa, pero la
extraordinaria concurrencia de ganaderos y razones de higiene e
incomodidad, parece ser obligaron a trasladarla a la zona del Ferial.
Madoz señala en su célebre diccionario geográfico impreso en 1854: “Todos
los años se celebran tres ferias, la primera da principio el día de la
Purificación de Ntra. Señora, dura tres días: se reduce a ganado vacuno
que en abundancia se despacha para los abastos de Zamora, Toro,
Villalón, Cuenca de Campos, Valladolid y Palencia, y para las labores
del campo...”.
De igual forma D. José Almoina Mateos a
comienzos de la década de los años treinta del pasado siglo, en una
poética alusión señalaba que “Por las
Candelas, la feria más grande y famosa de Castilla, entran tres mil
cabezas, y la ciudad y los caminos están dos días envueltos por la
sonaja de los cencerros de las huebras que pasan lentas y cansinas, con
el paso grave del rito labriego: Campanillas de plata, bueyes rumbones.
Estas son las señales de los labradores.”
A
las ferias de las Candelas acudían los habitantes de las comarcas
circunvecinas para proveerse de cuanto necesitaban, pues Benavente
contaba además de con sus tradicionales mercados de los jueves con sus
tres afamadas ferias anuales. Además disponía ya desde las últimas
décadas del siglo XIX con un buen número de comercios de tejidos,
ferreterías, tiendas de calzados y ultramarinos, almacenes de
coloniales, etc., donde se proveían los vecinos y comerciantes de los
pueblos de la comarca. Benavente registraba durante estas ferias de las
Candelas una actividad inusitada, fondas, figones, pensiones, cantinas y
bares, tenían durante estos días una gran concurrencia. En el propio
ferial se instalaban las típicas pulperas, que venidas de las vecinas
comarcas de Sanabria y Carballeda, con sus calderetas humeantes
proporcionaban las sabrosas raciones de pulpo.
Desde siempre este
amplísimo ferial registraba todos los años al llegar estas fechas gran
concurrencia, acudía un ingente número de personas de las comarcas
vecinas y de otras provincias. Se efectuaban numerosas transacciones
sobre todo de ganado pero también de artículos para las labores del
campo. Antiguamente la feria duraba tres días o más, pero desde mediados
de siglo se fue reduciendo a uno o dos. A Benavente acudían personas,
ganados y carros de todas las comarcas circunvecinas. Los mayorales de
la tierra de Aliste y Tábara, los tratantes de Campos, los labradores
ricos o acaudalados de casa grande, los mozos y gañanes, etc. A finales
de la década de los setenta, al construirse un nuevo mercado de ganados,
la feria pasó a celebrarse en un moderno recinto, pero ya no volvió a
ser lo mismo. Eran de gran asistencia las misas de las Candelas.
Obligada era la visita y el paseo por la feria. Una buena ocasión y
pretexto también para fomentar las relaciones sociales durante aquellos
fríos e interminables inviernos.
En
estas últimas décadas las costumbres y necesidades han cambiado
notablemente. Los animales de tiro que se empleaban para las labores
agrícolas han sido sustituidos por la maquinaria. De igual forma también
los hábitos alimentarios han cambiado y las carnes de ganado vacuno
que hoy se consumen son diferentes a las que antaño concurrían a estos
mercados. En cuanto a los sistemas de transporte y comercialización son
bien diferentes de los que hicieron uso nuestros padres y abuelos.
Aquellas ferias ganaderas fueron perdiendo su razón de ser con las
transformaciones sociales y económicas habidas en el último tercio del
siglo XX. La Feria de Las Candelas en Benavente formaba parte del mundo
que conocieron nuestros antepasados, donde las necesidades y medios eran
bien diferentes, y poco tienen que ver con las actuales. Como tantas
cosas que quedaron atrás forman parte ya del recuerdo de un mundo que
desapareció para siempre.
LA FIESTA EN LA ACTUALIDAD
Desde hace siete años la Asociación que lleva el nombre de Las Candelas
trata de recuperar de alguna forma esta celebración tan señalada en
otros tiempos dentro del calendario festivo local. Los miembros de la
misma en gran parte mujeres se reúnen cada año en la Plaza Mayor para
dirigirse a uno de los templos de la ciudad, habitualmente la iglesia
del Carmen de Renueva donde tiene lugar la ceremonia de la misa y la
ofrenda de las candelas bendecidas como símbolo de la Purificación de la
Virgen. Posteriormente realizan un recorrido por las calles céntricas
de la ciudad acompañadas de dulzaina y tamboril, luciendo para la
ocasión las prendas de los atuendos tradicionales de la zona. Son
secundadas por las componentes de numerosas asociaciones de mujeres de
la comarca, finalizando el desfile en la Plaza Mayor, donde, tras un
pregón y la ejecución de piezas de baile del folklore de la tierra,
invitan a los presentes a la degustación de cazuelitas de sabroso pulpo.
El acto sirve también para recordar algunas de las tradiciones perdidas
en torno a la festividad.
Juan Carlos de la Mata Guerra
Artículo de Juan Carlos de la Mata Guerra publicado en el Blog de la Semana Santa de Benavente
Fotos:
Las
tres primeras corresponden a Ferias de las Candelas celebradas en El
Ferial los años 20. En la primera de ellas podemos observar el muro del Convento de San Bernardo con la torre de la Iglesia de Santa María de Renueva al fondo.
Las dos últimas pertenecen a la Galería Fotográfica "Las Candelas 2010" de interbenavente.es y en ellas podemos ver a los miembros de la Asociación Las Candelas, posando en la Plaza Mayor, y a su presidenta acompañando al pregonero del acto y autor de este artículo.
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