Tres, dos, uno....¡corten!, improvisación y acción en el teatro Reina Sofía de Benavente

El tiempo marcado era de 75 minutos, tres actores se preparaban encima del escenario con el apoyo de música en directo y una escenografía en proceso que se compaginaría con el transcurso de la obra. Además el vestuario también estaba preparado dentro del escenario. Todo era en directo, el público a la voz de “Corten” de los actores debía dar datos sobre lo que los interpretes preguntaban para ir avanzando en la trama (el nombre de la vecina, el nombre de un compañero de clase, sus gustos, su manera de ser...)

En cada representación el argumento es totalmente diferente; en este caso en Benavente Conchi, es una madre que como no saben a que se dedica el actor asume el papel de que no se dedica a nada, tiene un hijo, Julio, pero no son muy afines.

Conchi acude a la consulta de Salva que a la vez es su cuñado, para su tratamiento y comenzar a dedicarse a algo, mientras su hijo Julio la consigue un trabajo de limpiadora en el Instituto.

Antes de llegar a la primera entrevista de trabajo es atropella por un coche y cagada por una gaviota de interior, tras entrevistarse con el director del centro, consigue el empleo.

Salva, el doctor, le confiesa a su sobrino Julio que desde siempre había estado enamorado de su madre y que tenía pensado declararse.

Por su parte Julio se encuentra con Rodolfo un compañero de clase que para él es especial.

Tras unos minutos de proceso de la trama con detalles añadidos por el público, los presentes en la sala son los que deciden el final de la historia; Salva y Conchi, tras varios devaneos por parte de ella, deciden estar juntos, al igual que Rodolfo y Julio.

“Corten” es una obra que además de estimular la imaginación del público, es una clara señal de complicidad entre todos los asistentes al teatro.