Crónica de un día nefasto en la provincia de Zamora, donde existe el Terrorismo Forestal

Interbenavente.es Domingo, 27 de Agosto de 2017 Tiempo de lectura:

No empezaba bien la noche con varios incendios intencionados ya en el ocaso del pasado viernes en el que saltaban las alarmas por los incendios de Figueruela, el Cañón del Tera y el de Fermoselle, también otros muchos hasta llegar a 9. Y tras el atisbo de luz matutino, el rocío y la poca pero bienvenidisima lluvia todo hacía pensar que los incendios se controlarían o podrían incluso extinguirse, pero nada más alla de la cruda realidad que ha dejado un día de fuego, locura y desastre medoambiental y casi personal en la provincia de Zamora.

Otra forma vil, cruel y cobarde forma de terrorismo también se asienta en la provincia de Zamora. Las decenas de incendios que están asolando la provincia la comunicad y el país en general son otra forma de terrorismo, el medioambiental.

La Berrea irá a menos, no saldrán los boletus, los pastos tardarán en regenerarse, perdemos masa forestal y con ello riqueza y futuro para nuestros ya de por si devastados pueblos. Por tanto la crónica de una muerte anunciada parece oírse a gritos.

La huida de las pequeñas poblaciones por falta de tejido empresarial, industrial y futuro laboral, son las constantes que hace años asolan la provincia, todo ello acrecentado por los cientos de incendios provocados por mentes enfermas que están realmente permítanme la expresión "jodiéndonos la vida".
El que quema juega con fuego y sigue sin quemarse, porque no hay castigos ejemplares, porque siempre se escudan en trastornos y en enajenaciones mentales, y no, no están locos.

Hoy he podido comprobar "in situ" con los Brif que le echan un par de huevos a su trabajo enfrentándose al fuego directamente, con los bomberos de la Diputación de Zamora, los de Ledesma y cientos de vecinos de los pueblos, con la gente mayor que pide ayuda viendo como sus casas, sus enseres y sus tierras quedan devastadas por el fuego, con alcaldes y responsables que nada podían hacer ante tanto desastre, hoy he vuelto a ver caras de tristeza, de nerviosismo contenido y desesperación, un verdadero cuadro abstracto pintado con la peor pintura, la del fuego.

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