Érase una vez, una peña agarrada a una Maroma

La Maroma nació en el seno de un grupo de amigos, entusiastas de Benavente y de las fiestas del Toro Enmaromado. Las primeras reuniones tuvieron lugar en la boite de la Sala de Fiestas Sansueña, allí eligieron el nombre, diseñaron el escudo, muy parecido al actual, y dieron forma a su uniforme.

El nombre de “La Maroma” surgió buscando una denominación que estuviera muy ligada a la fiesta y para ellos resultó el más indicado y representativo.

Uno de los rasgos que define a la Peña La Maroma es la decoración de su local. Se esmeran en ello porque durante las fiestas es prácticamente su casa, además durante prácticamente todos los fines de semana del año organizan cenas “a escote” para mantener ese vínculo tan familiar entre los peñistas del que están tan orgullosos. “Somos una peña pequeña, pero nos gusta así, todos nos conocemos y lo pasamos muy bien juntos”, nos cuenta su Presidente Juan Domínguez, al que le gustaría tener todavía algún peñista más, pero no demasiados.

Como en muchas peñas, las limitaciones del local les impone restricciones a la hora de incrementar su plantilla de peñistas. Este año tienen 15 peñistas más, y están muy satisfechos porque la mayoría es gente muy joven. “La peña se está rejuveneciendo y eso le da mucha vida”, cuenta el Presidente, que este año tiene que gestionar con su directiva un presupuesto de 15.000 euros.

“Lo más complicado es confeccionar los menús para que estén a gusto de la mayoría. Intentamos hacerlo lo mejor posible, pero es difícil.”

Entre sus tradiciones está el reparto de su típico “chorizo al vino”. Este año tienen preparados 50 kilos de chorizo para repartir el miércoles después de la carrera del Toro Enmaromado.

Han conseguido recuperar la comida del domingo anterior a la fiestas, una tradición que estaba perdida y que este año han vuelto a incorporar a su programa. Una comida que estará precedida de la también tradicional cena del sábado, por lo que a la Maroma les espera un fin de semana gastronómico.