Decoración decorazón
Azul, mucho más que un color...
Los colores forman parte del mundo de la decoración. Y pueden conseguir que tengamos diferentes sensaciones y estados de ánimo. Por esta razón, una combinación adecuada de colores, nos ayuda a crear ambientes distintos y variados.
Hay diferentes clasificaciones de colores, por ejemplo, colores primarios, son aquellos que no se obtienen de mezclar otros. Colores secundarios, los que se obtienen de mezclar a partes iguales dos colores primarios. Colores terciarios, y así sucesivamente.
Otra clasificación diferente los divide en fríos y cálidos. Los cálidos son capaces de estimular, y favorecer la actividad física y mental. Por el contrario, los fríos son más relajantes.
Además de estas clasificaciones más teóricas, existen en cada cultura, diferentes ideas o sensaciones que atribuyen a cada color.
Ahora comenzaré a hablar un poco más detenidamente del color azul. Os diré que es un color primario, es decir, no se obtiene a partir de ningún otro color, y pertenece a la gama de los tonos fríos.
El color azul es capaz de transmitir determinadas sensaciones y crear diferentes ambientes en función de la tonalidad que usemos, porque son muchas las variedades cromáticas que ofrece. Genera paz, tranquilidad, libertad, frescura y limpieza.
Se asocia con el mar, lo que le da profundidad, y su relación con el cielo le transmite nobleza.
Las gamas más suaves del azul, como el azul cielo, aportan luminosidad, y dan la sensación de amplitud, por lo que sería recomendable usarlo en estancias reducidas y con escasa luz natural.
Los más oscuros e intensos, deberíamos usarlos con otros colores, que les aporten energía y vitalidad. Tendríamos que usarlos en estancias bien iluminadas, para restarle seriedad.
Como os he dicho antes, el azul nos recuerda al agua, en estado líquido. Por un lado, evoca la pureza, la calma y la paz, pero por otro lado, también es el movimiento y el cambio.
Los tonos azules son relajantes, pero si abusamos de estos colores pueden fomentar la tristeza y la melancolía.
Los tonos agua van bien en ambientes marineros (son un clásico), también en la montaña. Y por supuesto, nos recuerdan al verano, y en esta estación cuando el calor aprieta el uso de este color, puede darnos la sensación de frescura. Al contrario que en invierno, hace que una habitación parezca más fría y poco acogedora.
Yo reservaría este color para estancias principales, como el salón, y lo limitaría a pequeños detalles decorativos, o lo usaría en cojines. No lo emplearía para pintar todas las paredes, por los motivos que os he dado anteriormente.
El tono azul combina bien con otros muchos colores, con violetas y platas, se encuentran todos en la misma gama.
Pero queda espectacularmente bien con sus colores opuestos, con rojos y naranjas, logrando ambientes dinámicos y divertidos.
También queda fenomenal con amarillo, que es su color opuesto, su combinación resulta muy alegre, aunque no debemos abusar, y lo usaremos siempre en algún detalle.
Si usamos el tono azul con muebles en blanco o decapados aportan frescura a este tipo de mobiliario.
Podemos usarlo en cualquier estancia de la casa, en el baño…
En la cocina,
En los dormitorios,
También en habitaciones infantiles,
En definitiva, el azul es un clásico en decoración, podemos utilizarlo solo o acompañado, y como os digo siempre, en estos temas no hay verdades absolutas, hay diferentes opiniones, y podemos estar de acuerdo o no con ellas, así que debemos usar lo que nos interese y lo que no lo descartamos, porque en este tema, cada persona tiene su propio gusto y criterio estético. Así que os dejo con algunas imágenes más, para que podáis recrearos la vista e inspiraros. Un saludo y hasta mi próximo blog…
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