Como ocurre cada año en verano, la trashumancia mueve el pastoreo de la comarca de Aliste en busca de pastos hasta la Sierra de la Cabrera, que durante tres meses son el sustento de miles de ovejas
La pasada noche, este gran rebaño pernoctó en la localidad de Linarejos, y se dirije hasta Puebla de Sanabria, localidad que tienen previsto cruzar en el día de hoy.
La trashumancia de Aliste a Porto
El ganado alistano tradicionalmente debió de ser estante, y seguramente fue en los dos últimos siglos cuando se estableció la práctica de trashumar. Por su parte, la cabaña estante de ganado de Aliste fue incrementándose, necesitando cada vez más zonas de pastos, al no serles suficientes los existentes en su comarca. Además, sus pastos comunales se verían fuertemente recortados en el presente siglo por la política de reforestación llevada a cabo en la Sierra de la Culebra. A su vez, los pastizales de las sierras sanabresas se verían paulatinamente desocupados por dos motivos: la decadencia de la trashumancia, especialmente tras la abolición de La Mesta, y la despoblación de esta región, lo que conllevaba el descenso de la cabaña ganadera propia de los lugareños de Sanabria.
Es de suponer que los alístanos, necesitados de pastos frescos con los que alimentar su ganado en verano, se lanzaran en su búsqueda en la comarca vecina, siguiendo las mismas rutas que utilizaron los antiguos trashumantes y adaptándose a este peculiar sistema de vida que impone la trashumancia. La estructura de los rebaños en grandes cabañas y las jerarquías internas de los pastores siguen patrones similares, si bien sus nombres no son iguales; así, por ejemplo, la figura del mayoral la asume el "encargado", quien dirige a los arrendadores y establece los turnos de los pastores.
De todos los pueblos que la configuran, son los vecinos de Porto los que presentan mayor arraigo e implicación en la vida trashumante. Sus mayores aseveran que desde hace siglos los ganados de sus sierras eran desplazados por sus propietarios hasta los invernaderos de Extremadura y Andalucía. Esta convicción parece confirmada por la cita de MADOZ con respecto a esta localidad: " ... su clima es generalmente frío y húmedo, y tan nevoso, que los naturales y ganados suelen permanecer por algún tiempo encerrados en sus casas, saliendo como una tercera parte invernar a Andalucía".
En la memoria popular de los sanabreses permanece, sin embargo, una constante que permite entender la trashumancia actual. Son de la opinión generalizada de que, si bien en un principio la mayor parte de los ganados trashumantes pertenecían a grandes terratenientes vecinos de estas localidades, que bajaban en invierno hasta los "extremos", poco a poco estos ganaderos, comprobando la benignidad del clima en las tierras extremeñas, decidieron establecerse en esas regiones sureñas, sin por ello dejar de trasladarse, ellos y sus ganados, a los pastos sanabreses en los meses de verano. Así, mayorales y rabadanes seguían siendo sanabreses, ya que los propietarios sabían que eran éstos los mejores conocedores de sus sierras y los más aptos para cuidar sus rebaños en esta zona. Ésta es una tradición que aún hoy se mantiene.
(Fuente: Magrama)
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